Autor: Darev
Fecha publicación: 11-10-2005
"Mientras iba caminando entre enebros cenicientos, oí de repente un rumor insólito, una especie de silbido que se asemejaba al grito de alerta de las gamuzas. Miré a mi alrededor y capté con el rabillo del ojo derecho la silueta de un bípedo que huía entre los árboles, en dirección al borde del claro, donde una tupida maleza de arbustos enanos recubría el pie de la pendiente. Sin hacer ruido y doblada hacia delante, la criatura seguía corriendo, se eclipsaba detrás de un árbol para volver a aparecer como un monstruo, con el resplandor de la luna a la espalda. Fue entonces cuando giró la cabeza hacia mí y permaneció inmóvil por un instante. Volví a oír aquel furioso bufido y, durante una fracción de segundo, pude ver su rostro: vi ojos y dientes, pero apenas logré distinguir forma o color. La cara no era más que una sombra gris y el cuerpo una silueta oscura, y así, amenazante, se erguía ante mí aquella figura. Era completamente peluda, tenía dos patas cortas y brazos fuertes que le caían casi hasta las rodillas. Calculé que mediría más de dos metros de altura. Aquel cuerpo parecía pesar mucho más que un hombre de idéntica estatura, pero se acercaba a la linde de los arbustos enanos a paso tan ligero y vigoroso que me causó tanto pánico como alivio. Era evidente que ningún ser humano podía correr a ese ritmo en medio de la noche, ¿pero qué animal había que tuviera una figura como la que yo acababa de observar? A lo lejos, detrás de los árboles, a la altura de los primeros arbustos, aquel engendro nocturno volvió a detenerse como si tuviera que tomar aliento. Sin girarse nuevamente se quedó inmóvil en la noche iluminada por la luna. Estaba ahí y no volvía ni siquiera la cabeza. Me sentía demasiado confundido como para sacar los prismáticos de la mochila".
De esta forma narra el alpinista Reinhold Messner su encuentro con el Yeti.
En 1921, el coronel Howard-Bury, jefe de la primera expedición británica al Everest, vio en las pendientes nevadas unas siluetas a 6.000 metros. Cuando alcanzaron aquella cota, descubrieron unas descomunales pisadas.
Son muchas las personas que aseguran haberse cruzado con el Yeti o haber hallado pruebas que delatan su existencia (pelo, huellas, etc...). No obstante la comunidad científica no considera que haya suficientes pruebas como para concluir que el Yeti sea realmente una especie animal hasta ahora desconocida.
LAS HUELLAS DE YETI:
Sin embargo existen indicios como las huellas fotografiadas por Erik Shipton en 1951 en la región oriental del Nepal que indican la inquietante presencia de un gran animal bípedo y desconocido hasta el momento.
Muchas de las huellas fotografiadas han sido reconocidas como huellas de osos u otros animales deformadas por el viento, nieve, sol, etc. Sin embargo las huellas fotografiadas por Shipton no han podido ser adjudicadas a ningún ser conocido. Al parecer, dichas huellas carecen de elementos que hagas sospechar que los elementos erosivos hayan causado deformación alguna. Parece ser que Shipton fotografió huellas "frescas".
Huella fotografiada por Shipton
Huella de Oso
Huella de zorro erosionada.
A pesar de todo ello existen también teorías (como la del compañero de expedición de Shipton, Michael Ward) que no ayudan a clarificar el asunto. Ward apunta que las huellas podrían proceder de un nativo con los pies deformes, puesto que la zona donde se hallaron las huellas era fácilmente accesible.
Deformidad en pies
Muchas (o todas) de las demás huellas fotografiadas parecen ser, sin lugar a dudas, de animales conocidos como osos, deformadas por los elementos erosivos.
Lo único que queda claro entonces es que no se puede deducir certeramente de que o quien son las huellas.
EL SILBIDO DEL YETI:
Más o menos todos los que aseguran haberse cruzado con este fantástico e inquietante ser coinciden en los mismos aspectos:
-La aparición de nuestro amigo siempre va precedida de un agudo silbido (que ninguna especie conocida de oso es capaz de reproducir).
-Siempre camina de forma erguida, parecida a la forma en que caminamos los humanos, y se mueve con mucha agilidad y rapidez.
Oso erguido de aprox. 2 metros de altura
-Posee un frondoso pelaje por todo el cuerpo. En ocasiones este pelaje es descrito como muy claro y en ocasiones más oscuro.
-Tiene una cabeza grande y acabada en punta (como si de un huevo o un cono se tratara).
-Es un ser tímido, pues siempre huye del lugar donde se le avista.
-Tiene largos y poderosos brazos que le llegan a la altura de las rodillas.
-Sus apariciones son en solitario.
No obstante existen también algunas diferencias entre las diferentes historias contadas por los privilegiados que han conocido al Yeti. Algunos ejemplos: unos dicen pelo claro, otros pelo mas oscuro. Unos dicen patas largas, otros cortas; etc.
ALGUNOS LO DAN POR HECHO:
Algunos dan por hecha la existencia del Yeti y lo describen de esta forma:
"El yeti es un ser bípedo conocido en toda la cordillera del Himalaya. En el Tíbet recibe el nombre de metoh kangmi. Camina ligeramente inclinado hacia delante. Tiene todo el cuerpo cubierto de pelo lacio y fuerte, salvo la cara, de piel blanca o rojiza; el pelaje es más corto en el pecho y por debajo de las rodillas. La cabeza es ovalada y puntiaguda y está adornada con una cresta de pelo. Tiene la frente pronunciada, los ojos hundidos y las mandíbulas muy fuertes. El cuello y la espalda son anchos y musculosos. Los brazos llegan hasta las rodillas y las piernas son fuertes y arqueadas. Los pies, anchos, están cubiertos de pelo. Desprende un olor característico, fuerte y nauseabundo. Tiene costumbres nocturnas y rehuye al hombre. Su aullido se parece al graznido de la gaviota.
Preciosa fotografía del Everest (en el Hymalaia).
De acuerdo con los rastros de huellas que se han observado y fotografiado en varias ocasiones, el dedo gordo del pie, que se separa ligeramente hacia un lado, queda hacia el interior, lo que significa que el Yeti es un primate, y no un oso como se ha propuesto en ocasiones, puesto que en éste, el dedo más grueso es el quinto. A veces el segundo dedo es también bastante grueso, y los restantes son muy pequeños.
Su comportamiento es también típico de un primate: enseña los dientes como forma de intimidación, se rasca nerviosamente, destruye cosas con violencia y manifiesta su cólera saltando rítmicamente en el sitio y arrancando manojos de hierba.
De las observaciones directas se deduce que es un animal omnívoro: se le ha visto devorar pequeños mamíferos, líquenes, frutas y bayas, e incluso chocolate y galletas robados a los alpinistas. El análisis de los excrementos que se han encontrado junto a los rastros confirma estas observaciones: contienen materia vegetal, huesos de pequeños mamíferos y aves, y restos de grandes insectos. Además, se han descubierto en esos excrementos tres nuevas especies de parásitos intestinales, lo que sugiere que su huésped es una especie desconocida.
Abominable hombre de las nieves es un nombre muy poco apropiado para el yeti: no es abominable, sino más bien tímido; habita en los espesos bosques de rododendros del Himalaya, y sólo ocasionalmente atraviesa las laderas y los valles nevados (parece ser que para alimentarse de un musgo salino que crece en las rocas de las morrenas glaciares); y probablemente no sea un hombre."
Incluso aseguran que existen diversos tipos de Yeti, de distinta procedencia, tamaño, color, etc...
¿EXTRATERRESTRE?
Existen teorias de todos los colores y para todos los gustos. Esta, si mas no, me ha resultado muy curiosa.
Hay quien afirma (por revelación de sus líderes espirituales) que el Yeti del Hymalaia es una especie importada por habitantes del planeta Aní situado a 35 años luz de la Tierra hace miles y miles de años. Aseguran también que el Yeti es primo del célebre Big Foot norteamericano también traído por los mismos vecinos ínter espaciales.
Curioso, ¿verdad?
MISTERIOSO YETI
El caso es que no se puede demostrar ni su existencia ni su no existencia. Esto hace que la historia del Yeti tenga ese halo de místico, de misterioso, que tenga ese encanto.
Muchos lo tomaremos como una leyenda bonita y curiosa (quizás cierta, porqué no) y muchos otros creerán ciegamente en ello. Algunos incluso dedicaran mucho de su tiempo a recorrer las heladas laderas del Hymalaia en busca de este inquietante ser.
El alpinista Reinhold Messner se "jubiló" en esto de conquistar cimas después de haber conseguido pisar las 14 más altas del mundo (se dice rápido). Después de esto organizó expediciones para buscar a Yeti y escribió un libro sobre ello (Yeti. Leyenda y realidad. Ed.Desnivel, publicado en 1999).
Sin lugar a dudas el Yeti es un ser inquietante, místico y misterioso capaz de despertar pasiones. Quizás producido por la imaginación de algunos o por la poca vista de otros o quizás cierto o quizás no. Leyenda o no, lo cierto es que la incertidumbre de la existencia del Yeti sigue ahí. Te atreves a ir en su busca ?
El amigo Yeti.
De esta forma narra el alpinista Reinhold Messner su encuentro con el Yeti.
En 1921, el coronel Howard-Bury, jefe de la primera expedición británica al Everest, vio en las pendientes nevadas unas siluetas a 6.000 metros. Cuando alcanzaron aquella cota, descubrieron unas descomunales pisadas.
Son muchas las personas que aseguran haberse cruzado con el Yeti o haber hallado pruebas que delatan su existencia (pelo, huellas, etc...). No obstante la comunidad científica no considera que haya suficientes pruebas como para concluir que el Yeti sea realmente una especie animal hasta ahora desconocida.
LAS HUELLAS DE YETI:
Sin embargo existen indicios como las huellas fotografiadas por Erik Shipton en 1951 en la región oriental del Nepal que indican la inquietante presencia de un gran animal bípedo y desconocido hasta el momento.
Muchas de las huellas fotografiadas han sido reconocidas como huellas de osos u otros animales deformadas por el viento, nieve, sol, etc. Sin embargo las huellas fotografiadas por Shipton no han podido ser adjudicadas a ningún ser conocido. Al parecer, dichas huellas carecen de elementos que hagas sospechar que los elementos erosivos hayan causado deformación alguna. Parece ser que Shipton fotografió huellas "frescas".
Huella fotografiada por Shipton
Huella de Oso
Huella de zorro erosionada.
A pesar de todo ello existen también teorías (como la del compañero de expedición de Shipton, Michael Ward) que no ayudan a clarificar el asunto. Ward apunta que las huellas podrían proceder de un nativo con los pies deformes, puesto que la zona donde se hallaron las huellas era fácilmente accesible.
Deformidad en pies
Muchas (o todas) de las demás huellas fotografiadas parecen ser, sin lugar a dudas, de animales conocidos como osos, deformadas por los elementos erosivos.
Lo único que queda claro entonces es que no se puede deducir certeramente de que o quien son las huellas.
EL SILBIDO DEL YETI:
Más o menos todos los que aseguran haberse cruzado con este fantástico e inquietante ser coinciden en los mismos aspectos:
-La aparición de nuestro amigo siempre va precedida de un agudo silbido (que ninguna especie conocida de oso es capaz de reproducir).
-Siempre camina de forma erguida, parecida a la forma en que caminamos los humanos, y se mueve con mucha agilidad y rapidez.
Oso erguido de aprox. 2 metros de altura
-Posee un frondoso pelaje por todo el cuerpo. En ocasiones este pelaje es descrito como muy claro y en ocasiones más oscuro.
-Tiene una cabeza grande y acabada en punta (como si de un huevo o un cono se tratara).
-Es un ser tímido, pues siempre huye del lugar donde se le avista.
-Tiene largos y poderosos brazos que le llegan a la altura de las rodillas.
-Sus apariciones son en solitario.
No obstante existen también algunas diferencias entre las diferentes historias contadas por los privilegiados que han conocido al Yeti. Algunos ejemplos: unos dicen pelo claro, otros pelo mas oscuro. Unos dicen patas largas, otros cortas; etc.
ALGUNOS LO DAN POR HECHO:
Algunos dan por hecha la existencia del Yeti y lo describen de esta forma:
"El yeti es un ser bípedo conocido en toda la cordillera del Himalaya. En el Tíbet recibe el nombre de metoh kangmi. Camina ligeramente inclinado hacia delante. Tiene todo el cuerpo cubierto de pelo lacio y fuerte, salvo la cara, de piel blanca o rojiza; el pelaje es más corto en el pecho y por debajo de las rodillas. La cabeza es ovalada y puntiaguda y está adornada con una cresta de pelo. Tiene la frente pronunciada, los ojos hundidos y las mandíbulas muy fuertes. El cuello y la espalda son anchos y musculosos. Los brazos llegan hasta las rodillas y las piernas son fuertes y arqueadas. Los pies, anchos, están cubiertos de pelo. Desprende un olor característico, fuerte y nauseabundo. Tiene costumbres nocturnas y rehuye al hombre. Su aullido se parece al graznido de la gaviota.
Preciosa fotografía del Everest (en el Hymalaia).
De acuerdo con los rastros de huellas que se han observado y fotografiado en varias ocasiones, el dedo gordo del pie, que se separa ligeramente hacia un lado, queda hacia el interior, lo que significa que el Yeti es un primate, y no un oso como se ha propuesto en ocasiones, puesto que en éste, el dedo más grueso es el quinto. A veces el segundo dedo es también bastante grueso, y los restantes son muy pequeños.
Su comportamiento es también típico de un primate: enseña los dientes como forma de intimidación, se rasca nerviosamente, destruye cosas con violencia y manifiesta su cólera saltando rítmicamente en el sitio y arrancando manojos de hierba.
De las observaciones directas se deduce que es un animal omnívoro: se le ha visto devorar pequeños mamíferos, líquenes, frutas y bayas, e incluso chocolate y galletas robados a los alpinistas. El análisis de los excrementos que se han encontrado junto a los rastros confirma estas observaciones: contienen materia vegetal, huesos de pequeños mamíferos y aves, y restos de grandes insectos. Además, se han descubierto en esos excrementos tres nuevas especies de parásitos intestinales, lo que sugiere que su huésped es una especie desconocida.
Abominable hombre de las nieves es un nombre muy poco apropiado para el yeti: no es abominable, sino más bien tímido; habita en los espesos bosques de rododendros del Himalaya, y sólo ocasionalmente atraviesa las laderas y los valles nevados (parece ser que para alimentarse de un musgo salino que crece en las rocas de las morrenas glaciares); y probablemente no sea un hombre."
Incluso aseguran que existen diversos tipos de Yeti, de distinta procedencia, tamaño, color, etc...
¿EXTRATERRESTRE?
Existen teorias de todos los colores y para todos los gustos. Esta, si mas no, me ha resultado muy curiosa.
Hay quien afirma (por revelación de sus líderes espirituales) que el Yeti del Hymalaia es una especie importada por habitantes del planeta Aní situado a 35 años luz de la Tierra hace miles y miles de años. Aseguran también que el Yeti es primo del célebre Big Foot norteamericano también traído por los mismos vecinos ínter espaciales.
Curioso, ¿verdad?
MISTERIOSO YETI
El caso es que no se puede demostrar ni su existencia ni su no existencia. Esto hace que la historia del Yeti tenga ese halo de místico, de misterioso, que tenga ese encanto.
Muchos lo tomaremos como una leyenda bonita y curiosa (quizás cierta, porqué no) y muchos otros creerán ciegamente en ello. Algunos incluso dedicaran mucho de su tiempo a recorrer las heladas laderas del Hymalaia en busca de este inquietante ser.
El alpinista Reinhold Messner se "jubiló" en esto de conquistar cimas después de haber conseguido pisar las 14 más altas del mundo (se dice rápido). Después de esto organizó expediciones para buscar a Yeti y escribió un libro sobre ello (Yeti. Leyenda y realidad. Ed.Desnivel, publicado en 1999).
Sin lugar a dudas el Yeti es un ser inquietante, místico y misterioso capaz de despertar pasiones. Quizás producido por la imaginación de algunos o por la poca vista de otros o quizás cierto o quizás no. Leyenda o no, lo cierto es que la incertidumbre de la existencia del Yeti sigue ahí. Te atreves a ir en su busca ?
El amigo Yeti.
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