EL SANTO GRIAL ( 3ª PARTE Y ÚLTIMA )

lunes, 17 de noviembre de 2008

La Catedral de Valencia posee el grial de mayor devoción en España. Según esta tradición, el cáliz habría sido conservado por Pedro y los siguientes papas de la iglesia que durante algo más de dos siglos lo utilizaron para consagrar la eucaristía.
Ante lo inmediato de su martirio en la persecución que el emperador Valeriano desencadenó contra los cristianos, el papa Sixto II se lo habría confiado, hacia el 258, a su diácono Lorenzo. Antes de ser también martirizado, el discípulo del ya mártir Sixto II envió el cáliz a Huesca, donde había nacido, acompañado por una carta.
Para protegerla de la invasión musulmana, el obispo Auduberto escondió la reliquia en una cueva que habitaba el ermitaño Juan de Atarés, y donde posteriormente sería fundado el monasterio de San Juan de la Peña.
De allí se lo llevó en 1399 Martín el Humano, Rey de Aragón, que lo custodió en la Aljafería de Zaragoza hasta que Alfonso el Magnánimo lo llevó primero a su Palacio del Real y posteriormente a la Catedral de Valencia en 1437. Desde 1914, el cáliz valenciano recibe el culto en la Capilla del Santo Cáliz. Juan Pablo II besando el grial de la Catedral de Valencia
Esta pieza fue fabricada en ágata o cornalina oriental de color rojo, con un pie de concha del mismo color, y vara y dos asas de oro primorosamente labradas. Las incrustaciones de perlas y piedras preciosas fueron añadidas ya en la Edad Media. Los arqueólogos sitúan su origen en Palestina o Egipto, en una época que podría estar comprendida entre los siglos IV a.C. y I d.C.
Según los devotos que defienden la autenticidad de esta reliquia, todos los relatos "graálicos" del medievo, de los que luego bebió Wagner para componer su ópera "Parsifal", se inspiraron en esta pieza que ya entonces era considerada santa. La Capilla del Santo Cáliz en la Catedral de Valencia
Es una constante, en todos los presuntos griales que se conservan, que su historia particular explique de una u otra forma cualquier posible objeción a su autenticidad. Así, la duda que podría plantear el que un humilde carpintero de Nazaret dispusiera para su cena de una pieza de tanto valor como ésta, se salva citando algunas fuentes según las cuales el "hombre de familia" que prestó a Cristo la estancia para su celebración sería un acaudalado noble llamado Chusa.
En cualquier caso, también los italianos disponen de todo tipo de explicaciones para demostrar la autenticidad de su "sacro catino" conservado en Génova desde que los cruzados lo trajeron de Tierra Santa. Y los británicos defienden que la bandeja de cristal de piedra que veneran como grial fue encontrado en una excavación de Glastonbury. El grial de la Catedral de Valencia
Otra leyenda, que por falta de defensores implicados directamente goza de menor difusión, sitúa el Grial en poder de los cátaros del Languedoc. Los mismos cruzados que destruyeron sus creencias a sangre y fuego, estaban seguros de la existencia de un tesoro en el que se incluía la preciada reliquia.
Cuatro días antes de que los representantes del catolicismo conquistaran la fortaleza de Montsegur, donde se decía que el cáliz era custodiado, un grupo de cátaros lo evacuaron llevándose el grial entre otras piezas de valor, y nunca más volvió a saberse de él. La toma de Carcassonne

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