Isaac Newton ( II )

martes, 16 de junio de 2009

Un muchacho atento y silencioso
"Profundo pensador... orgulloso de sus experiencias... extiende el imperio de las ciencia" : la persona a quien iban dirigidas estas palabras más que a cualquier otra, pocos decenios antes iniciaba su vida escolar grabando con sumo cuidado su nombre en la madera de todos los bancos que solía ocupar. De Newton niño poco se sabe, pero seguramente tenía ya entonces una costumbre que lo acompañara toda la vida : la de blandir siempre una pluma, al punto de llenar en el transcurso de los años miles de páginas con su grafía diminuta y ordenada, tomando nota de todo y sobre todo.

Isaac Newton había nacido en Woolsthorpe, Lincolnshire, el día de navidad de 1642, cuando ya hacía un niño que había estallado la guerra civil que turbaba al país con la primera revolución inglesa.

Su padre, pequeño propietario agrícola, había muerto incluso antes de que el naciese, dejando a su viuda en condiciones económicas no muy florecientes. La madre se llamaba Anna Ayscough, y provenía de una familia relativamente acomodada que contaba entre sus miembros a profesionales y clérigos.

Al parecer, en el momento de su nacimiento Newton era tan pequeño y grácil como para caber cómodamente en un bocal de un litro ; sin embargo, habría de convertirse en un muchacho sano y robusto.

Dos años después de la muerte de su primer marido, Anna Ayscough se casó en segundas nupcias con el reverendo Barnaby Smith y se mudó a casa de éste, en la vecina aldea de North Withan. Pero el reverendo no tenía la menor intención de hacerse cargo de aquel hijo que no era suyo, por lo que el pequeño Isaac fue confiado a los cuidados de su abuela. De este nuevo matrimonio de la madre nacieron tres hijos ; Anna los llevó consigo a Woolsthorpe cuando, en 1656, volvió a quedar viuda y regresó a su antigua casa. A estas alturas, Isaac era ya un adolescente, y en verdad que no puede afirmarse que tuviera una infancia ejemplar. Naturalmente no sabemos hasta que punto sintió Newton el peso de esta situación familiar. Lo único cierto es que creció tímido y suspicaz, con muchas dificultades para relacionarse con los demás ; características que, con el transcurso del tiempo, se harán cada vez más evidentes hasta convertirse en el aspecto más destacado de su historia personal. Su educación dio comienzo en dos pequeñas escuelas aledañas a su casa hasta que, a los doce años, fue enviado a proseguir sus estudios en la King´s School de Grantham, poblado que por entonces contaba con dos mil o tres mil habitantes.

Este distaba doce kilómetros de Woolsthorpe, y puesto que no era posible ir y volver todos los días, Isaac se estableció en Grantham durante todo el año escolar, pensionado en casa del doctor Clark, farmacéutico. No existen noticias sobre su rendimiento escolar. Y de su vida de entonces se sabe concretamente que su costumbre de escribir siempre y por todas partes no ahorraba siquiera los bancos de la escuela. Desde niño comenzó a tomar notas en los libros que leía, dejando escritas reflexiones. En el primero de los tres cuadernos que han llegado a nosotros hay un poco de todo : registros de gastos, notas de química y medicina, apuntes sobre la lengua y, específicamente, páginas enteras copiadas de un libro (Los misterios del arte y la naturaleza, de J. Bate) que debía ser de su predilección. Se trataba de un texto semejante a muchos ahora, rico en indicaciones practicas sobre como preparar colores para pintar, o sobre fuegos artificiales, o bien acerca de carnadas para los peces y muchas otras cosas de vario interés. Siguiendo éstas -o quizás algunas otras- instrucciones, Isaac fabricó un poco de todo, desde un simple reloj de sol que colgó en la pared de su casa hasta (al parecer) una silla de ruedas. Construir con sus propias manos las cosas mas extrañas y diferentes era algo que le fascinaba. . Por aquellos años, cerca de Grantham comenzó a funcionar un molino de viento, algo raro en aquella zona rica en cursos de agua en donde todas las muelas dedicadas al grano estaban accionadas por ruedas hidráulicas. Hasta donde es posible saber, el joven Newton estudió aquel molino con tanta atención como para reproducirlo en una maqueta que funcionaba a la perfección. Por consiguiente, la que surge es la figura de un niño reflexivo, habilísimo en las tareas manuales que requerían cierto ingenio, que amaba los libros y solía tomar apuntes sobre todo lo que le interesaba. No es verdadero el retrato de un jovencito de inteligencia torrentosa, pero tampoco lo es el de un muchacho condenado a pasar en el campo el resto de su vida ; de hecho, su madre se dejó convencer por el maestro de escuela Stokes y el tío William para renunciar a dos brazos que le ayudarían en su propiedad con el fin de permitirle continuar sus estudios. Precisamente su tío, quien había estudiado en Cambridge, se interesara´por hacerle admitir en la universidad a pesar de su humilde origen. En aquella época la universidad era un privilegio destinado a una élite muy restringida, y eran pocos los jóvenes de las extracción social de Newton que conseguían llegar a ese nivel de estudios. No hay que olvidar que por entonces, en Inglaterra, no existía un sistema uniforme de instrucción, no había todavía periódicos. Las aldeas estaban diseminadas en grandes extensiones, aisladas entre sí por caminos en pésimas condiciones que eran recorridos por medios de transporte rudimentarios ; a pesar de esto, la vida en el campo había dejado de estar sumida en el clima casi feudal que todavía subsistía en las aldeas del continente. Las actividades manufactureras, más difundidas en la campiña que en los centros urbanos, producían mercancías para el mercado interno e internacional. Los intereses comerciales hacía ya tiempo que habían alterado el clima de las aldeas, poniéndolas en contacto con los hombres de negocios de comarcas lejanas. Todo esto se había traducido en cierta movilidad cultural, en la que se insertaban muchos miembros de las clases intermedias como protagonistas del progreso social, político y productivo del país y de las colonias del reino. Sin embargo, la universidad seguía siendo una meta de difícil alcance. La pensión de un college universitario era de unas 45 libras esterlinas, cifra insostenible para una familia como la de Newton, si se tiene en cuenta que su propiedad agrícola rendía a lo sumo poco mas de 80 libras esterlinas anuales. Así, cuando el joven Isaac fue admitido en el prestigioso Trinity College de Cambridge, fue matriculado en la categoría de los estudiantes pobres, que se pagaban los estudios realizando distintos servicios domésticos, sirviendo a los profesores, haciendo las veces de porteros, cocineros, camareros, etc. Y, además, con tres o cuatro de retraso respecto a los otros estudiantes.

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