Una de las grandes maravillas de la naturaleza, uno de los principales atractivos turísticos de Israel y su vecina Jordania - que lo comparten en forma igualitaria -, y una fuente importantísima de salud y belleza, ¡se está secando!.
El famosísimo "Mar Muerto", literalmente se está muriendo. Su altura va bajando aproximadamente un metro por año, y ha perdido en el último siglo tal cantidad de agua que su superficie se ha reducido de 1.025 kilómetros cuadrados a los 625 que posee en la actualidad.
Hasta antes de 1945, cuando el Mar Muerto era un 40 % más grande, se evaporaba entre 1,6 y 1,8 metros por año, mientras que hoy el ritmo es de entre 1,2 y 1,4 anual, debido a la menor cantidad de agua.
No existen fórmulas rápidas para frenar el deterioro, ya que cualquier proceso llevará por lo menos ¡20 o 30 años! hasta que se pueda observar un cambio. Y es que el "remedio" debe venir del hombre, porque la "enfermedad" se debe, justamente, a las políticas adoptadas por él.
Eso sí, según los científicos, es posible que el Mar Muerto no se seque completamente, debido a ciertos procesos físicos que ocurren en la zona, pero sí se puede seguir reduciendo muchísimo y jamás volverá a sus antiguas dimensiones.
Todo mal, porque además de ser un súper atractivo turístico, las características de sus aguas y las condiciones naturales de la región donde se encuentra, lo convierten también en un foco de atracción por razones terapéuticas. A su alrededor existen numerosos manantiales de agua mineral, y contiene 21 minerales diferentes, 12 de los cuales son totalmente desconocidos en otros lugares del planeta. Tomando en cuenta lo anterior, te podrás dar cuenta por qué el Mar Muerto se está evaporando. Resulta que las compañías israelíes y jordanas instaladas en la parte sur del Mar Muerto, a ambos lados de la frontera, aprovechan dichos minerales para el desarrollo de una importante actividad económica. |
Pero para llevar a cabo el proceso de extracción de minerales, es necesario evaporar artificialmente agua del Mar Muerto, proceso que contribuye al descenso de sus aguas, un hecho completamente evidente para todo aquel que visita la zona.
Súmale a esto, que ambos países también utilizan las aguas del Mar Muerto para irrigar grandes extensiones de tierra agrícola.
La costa se ha alejado tanto, que a los turistas se les dificulta llegar al mar. Se crean áreas secas que se convierten muchas veces en zonas de barro imposibles de cruzar. También sucede que el agua que corre en dirección al Mar desde las montañas, debido al descenso del nivel del mar, cava más profundo y hace peligrar la infraestructuta, con desmoronamientos.
Además, antes entraba al Mar Muerto la misma cantidad de agua que se evaporaba. Pero ahora, si bien se evapora menos debido a que el Mar se está comprimiendo y el agua que queda tiene mayor concentración de sales - lo que influye en la evaporación -, sale tanta agua que se crea un desequilibrio.
Y como si esto fuera poco, se crean hoyos de un diámetro y profundidad de 8 a 10 metros, conocidos en inglés como "sink - holes", cuya traducción sería "tragadores".
Conozcamos el Mar muerto
El Mar Muerto está completamente aislado y no vierte o comparte sus aguas con ningún otro mar u océano, por lo que la única forma de perder agua es a través de la evaporación, la cual sucede a niveles muy altos por encontrarse en una zona muy desértica.
El mar Muerto es un lago endorreico salado situado a 416,5 m bajo el nivel del mar entre Israel, Jordania y los Territorios Palestinos. Es de hecho el lugar más bajo de la Tierra, ocupando la parte más profunda de una depresión tectónica atravesada por el río Jordán y que también incluye el lago de Tiberíades. También recibe el nombre de lago Asfaltitis, por los depósitos de asfalto que se encuentran en sus orillas, conocidos y explotados desde la Edad Antigua. Tiene unos 76 km de largo y un ancho máximo de unos 16 km; su superficie es aproximadamente de 625 km². Recibe agua del río Jordán, de otras fuentes menores y de la escasa precipitación que se produce sobre el lago, y el nivel del mar es el resultado del balance entre estos aportes y la evaporación.
Es aproximadamente diez veces más salado que los océanos; la salinidad en el resto de los mares es de 35 gramos por litro. En el mar Muerto es de 350 a 370 gramos por litro, por lo que ningún ser vivo habita en él, salvo algunos microbios. Tan elevada salinidad es lo que impide a un ser humano hundirse en sus aguas, pudiendo flotar sin ningún esfuerzo, característica que le ha hecho mundialmente popular. Es rico en potasas, bromuro, yeso, sal y otros productos químicos que se extraen en gran cantidad y de manera muy económica. Las compañías israelíes y jordanas instaladas en la parte sur del mar Muerto, a ambos lados de la frontera, aprovechan dichos minerales para el desarrollo de una importante actividad económica. Para llevar a cabo el proceso de extracción de minerales, es necesario evaporar artificialmente agua del mar Muerto, proceso que contribuye al descenso de sus aguas, un hecho completamente evidente para todo aquel que visita la zona. Ambos países también utilizan las aguas del río Jordán, principal tributario del mar Muerto (es el único tributario en la práctica) para irrigar grandes extensiones de tierra agrícola.
La superficie era de 1.025 kilómetros cuadrados en 1945. Hoy apenas alcanza 625, y en algo más de 100 años tendrá la mitad de su actual extensión, según cifras oficiales. En ciertos puntos, la costa se halla hoy a 600 metros de donde se encontraba 20 años atrás.
La costa se ha alejado tanto, que a los turistas se les dificulta llegar al mar. Se crean áreas secas que se convierten muchas veces en zonas de barro imposibles de cruzar. También sucede que el agua que corre en dirección al mar desde las montañas, debido al descenso del nivel del mar, cava más profundo y hace peligrar la infraestructura, con desmoronamientos. Se forman huecos de 8 a 10 metros de profundidad y otro tanto de diámetro que aparecen en terrenos antiguamente inundados por las aguas, y provocan desmoronamientos de construcciones que obligan a adoptar medidas como la protección de la carretera 90, que conduce a Jerusalén.
- Superficie: 625 km²
- Dimensiones: 67 km de largo - ancho máximo de 18 km
- Profundidad: Máxima: 378 m
- Altitud: 400 m bajo el nivel del mar
- Sustancias sólidas: 26% (cloruro sódico, cloruro potásico, bromuro magnésico)
- Salinidad media: 10 veces la del océano
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