Célebre navegante, el primero que dio la vuelta al mundo, nacido en Getaria (Gipuzkoa) en 1487 y muerto en el Pacífico en 1526. Habituado desde niño a la vida de la mar en la pesca litoral y de altura, se acrisoló más tarde su experiencia marinera con el comercio marítimo de contrabando en los puertos de Francia.
Su carácter emprendedor y aventurero le hizo participar en la expedición que el cardenal Cisneros organizó contra Argel en 1509, así como en las campañas que el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba condujo en Italia, y en las que papel tan relevante tuvieron otros hombres de la tierra, como Pedro Navarro, el conde de Oliveto.
A su vuelta, al cabo de ciertos líos que tuvo con la Justicia por haber rendido un navío armado a unos extranjeros, partió para Sevilla, donde pasó a formar parte de la tripulación que iba a acompañar a Magallanes en su empresa de enlazar directamente con España las así llamadas Indias Orientales o Extremo Oriente. En la flota, compuesta de cinco naves y tripulada por doscientos sesenta y cinco hombres, le correspondió en principio a Elcano el puesto de maestro de la nao Concepción. La expedición se hizo a la vela en Sanlúcar de Barrameda el 20 de setiembre de 1519 y, tras hacer escala en las Canarias, se dirigió a la costa brasileña, la que bordeó en dirección Sur, hasta llegar a la boca de un río que denominó de San Julián (marzo de 1520), donde paró a invernar. Aquí Magallanes hubo de hacer frente a la oposición de Juan de Cartagena, que, seguido de otros capitanes y numerosos tripulantes, se negó a ir adelante y se declaró en abierta rebeldía. Los insurrectos confiaron a Elcano el mando militar de la nao San Antonio. Resueltas violentamente las diferencias, pudo Elcano volver con el cargo anterior a la nao Concepción, a cuyo mando atravesaría el ansiosamente buscado Estrecho (dicho luego de Magallanes) en noviembre de dicho año y se internaría en las inmensidades liquidas del océano Pacífico.
Al cabo de incontables peripecias y luego de haber tocado en diversas islas, arribaron al archipiélago filipino en la primavera de 1521, donde el genial jefe de la expedición encontraría muerte violenta en la isla de Mactán, cerca de Cebú, el 27 de abril de 1521. Desaparecido Magallanes, tomaron el mando de la flotilla Duarte Barbosa, su cuñado, y el piloto Juan Serrao, ambos portugueses, quienes, a los pocos días, fueron alevosamente asesinados por el rey de la isla de Cebú, que los había invitado a un banquete. Reemplazáronlos Juan Carvalho, también portugués, en la Victoria, y Gonzalo Gómez de Espinosa en la Trinidad, pues la Concepción, ya inservible, hubo de ser abandonada en la isla de Bohol, pasando Elcano entonces a la Victoria con el cargo que ocupaba en la Concepción. Reducida a dos naves y 150 tripulantes, la expedición se dedicó posteriormente a reconocer diversas islas del archipiélago filipino, hasta que, conducida por pilotos indígenas, llegó al cabo a la soñada isla de las Especias o las Molucas. Fue el 8 de noviembre de 1521 cuando arribaron a la isla de Tidore, donde, ayudados por Almanzor, sultán de la misma, fundaron un centro comercial, cargando clavo, nuez moscada y otros preciados productos. Noticiosos de la presencia de los portugueses por aquellos mares, determinaron los jefes de la expedición que, mientras la Trinidad, al mando de Gómez de Espinosa, se dirigía hacia el istmo de Panamá, la Victoria tratase de reganar España por la misma ruta que seguían los lusitanos. Partiendo de las Molucas el 21 de diciembre de 152l con una tripulación que se componía de 47 europeos y 13 indígenas, pudo al cabo la Victoria salir de las turbulentas aguas de las islas, merced a la destreza de dos pilotos indigenas.
Entretanto, Elcano se había hecho con la capitanía de la expedición, sustituyendo a Carvalho en el puerto de Caldera de Mindanao. Rumbo a la isla de Timor, hicieron aguada en diversas islas, al tiempo que se aprovisionaban de pimienta, madera y otras mercancías. Llegaron a la isla de Timor, célebre por la abundancia de sándalo blanco, el 26 de enero de 1522, poniéndose inmediatamente Elcano en tratos con los indígenas para tratar de la adquisición de víveres. Las exigencias de éstos lo obligaría luego a echar mano de métodos más expeditivos, haciendo prisionero a uno de sus jefes y exigiendo víveres a cambio de su libertad. La nao Victoria estuvo anclada en el puerto de Batutaria, lugar del litoral de la isla de Timor, cerca de mes y medio, en cuyo lapso tuvieron noticias de las islas vecinas del archipiélago de la Sonda, de Java, de la península de Malaca y hasta de la China. Abandonaron aquellos parajes el 11 de febrero de 1522.
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