La plantilla de Microssant se encierra tras el desmantelamiento de la fábrica

miércoles, 27 de enero de 2010

EDITADO EN HUELVA INFORMACION
Las trabajadoras de Microssant Nerva se encerraron ayer en el salón de actos del Ayuntamiento para lanzar un SOS ante la calamitosa situación laboral en la que se encuentran, tras constatar el desmantelamiento encubierto de la fábrica que el propietario de la empresa, Carlos Vandellós, ha llevado a cabo con sigilo durante los últimos días.

Las empleadas de la pastelería industrial, ubicada en la localidad minera desde hace cinco años, inician de esta forma una serie de movilizaciones con la intención de reclamar la atención de las administraciones local y andaluza en busca de ayuda para reconducir su situación laboral y exigir las responsabilidades pertinentes al gerente.

Además de la concentración en el Consistorio, han decidió colgar varias pancartas en las entradas del pueblo, en las que se puede leer: "Se Busca: Carlos Vandellón. Recompensa: 27 empleos. Croissant", entre otras.

El gerente protagonizaba el pasado viernes uno de los espectáculos empresariales más bochornosos que se recuerdan en la localidad desde hace años. Ante la atónita mirada de sus empleadas, concentradas a las puertas de la casa de alquiler en la que vivía, y protegido por efectivos de la Policía local y la Guardia Civil, procedía al desalojo de la vivienda y partía con dirección a Barcelona, sin dar explicación alguna.

La sorpresa siguió ayer. Una de las empleadas más veterana en la empresa, Juani Vespasiano, no podía ocultar la mezcla de rabia e impotencia que sintió en el momento en que, junto a sus compañeras, se armaba de valor y, en presencia de la Policía local, accedía a las instalaciones a primera hora de la mañana para constatar lo que todas sospechaban desde hace días.

El panorama que encontraron las trabajadoras de Microssant Nerva una vez que cruzaron las puertas de la empresa y encendieron las luces fue desolador: oficinas sin ordenadores ni impresoras, dependencias y almacenes absolutamente vacíos, sin rastro de maquinaria alguna. "Se lo ha llevado todo", gritaban desconsoladas algunas. "Nos ha dejado tiradas", añadían otras.

Según la portavoz de las empleadas, Eva Rodríguez, desde hace unas semanas venían observando movimientos sospechosos en la fábrica que hacían presagiar lo que más tarde han podido comprobar con sus propios ojos; es decir, la salida progresiva de diferente maquinaria con destino Cataluña, región originaria del empresario que el viernes desaparecía. "Lo ha hecho con nocturnidad y alevosía", comentaban indignadas.

Ante el encierro de las trabajadoras, el alcalde de Nerva, Domingo Domínguez, se puso a disposición de las mujeres concentradas en cuanto aparecieron por las puertas del Ayuntamiento y, tras mostrar su solidaridad, reaccionó con contundencia para exigir que se depuren todo tipo de responsabilidades en las que la empresa haya podido incurrir tras abandonar su actividad después de cobrar las subvenciones otorgadas por las administraciones.

Además, el primer edil independiente aprovechó la ocasión para lanzar una llamada de atención a sus homólogos en la Cuenca Minera, todos alcaldes socialistas, para reivindicar la reactivación industrial de la comarca. "Esta zona ya no sólo se enfrenta a un declive económico sin precedentes sino también a la desesperanza de sus vecinos en un futuro mejor", dijo

La plantilla de la empresa, compuesta por una treintena de mujeres, estaba sometida a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que el empresario quería renovar por un mes más, según las explicaciones dadas en la última reunión mantenida en el seno del Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía (SERCLA), pero Empleo no lo aceptó por el rechazo de las trabajadoras. Para entonces, Vandellós ya tenía prácticamente desmantelada su empresa, sin que sus trabajadoras tuvieran conocimiento de ello.

La empresa Minicrossant, de origen catalán, trasladó su producción hasta la localidad minera hace cinco años al amparo de numerosas subvenciones otorgadas por la Junta de Andalucía para nuevos emprendedores. Al comienzo de su actividad, llegó a tener contratadas a medio centenar de mujeres, pero desde hace dos años comenzó a reducir este número, al empezar a tener problemas para abonar las nóminas de sus empleadas.

Ahora, tras varias huelgas indefinidas y numerosas concentraciones, la huida del empresario certifica la crónica de una muerte anunciada que deja secuelas imprevisibles en una treintena de mujeres que ven como todas sus esperanzas laborales desaparecen de la noche a la mañana.

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