Efectos de una guerra nuclear

viernes, 19 de febrero de 2010

¿Qué es una guerra nuclear?

La Guerra Nuclear es aquella en la que se emplean armas nucleares las cuales, de momento, sólo se han utilizado sobre Hiroshima y Nagasaki, en la IIª Guerra Mundial. La primera fue lanzada a las 8:15 del día 6 de agosto de 1945 y, tras la explosión, se produjo una tormenta de fuego que duró 3 horas y arrasó todo a su paso en un radio de 2 Km desde el epicentro de la explosión. Murieron en el acto cerca de 70.000 personas. Seguidamente se produjo una lluvia radiactiva que duró 8 horas. En las dos ciudades japonesas se lanzaron bombas de Uranio radiactivo de una potencia aproximada de 12,5 Kilotones, que explosionaron a una altura del objetivo superior a los 500 metros.

Nos podemos imaginar los efectos devastadores que produciría hoy una guerra nuclear pensando que la potencia de las bombas nucleares alojadas en la cabeza de los misiles balísticos actuales es de varios megatones (no 12,5 Kilotones), con un poder de destrucción equivalente a un millón de veces la potencia de la bomba lanzada en Hiroshima. Aún más, existen actualmente otro tipo de bombas, tanto o más mortíferas, como la "Bomba de Hidrógeno" o por fusión y la "Bomba de neutrones" o de fisión-fisión, que potencian enormemente el efecto radiactivo y disminuyen los efectos de onda expansiva y los térmicos.

Aunque pensemos que es difícil la explosión de una bomba nuclear en España, debemos tener presente que, en tiempos de la Guerra Fría, existían misiles rusos apuntando directamente sobre algunas ciudades españolas con presencia militar americana, como Madrid y Zaragoza. También, y aunque no se confirma oficialmente, parece que España es uno de los pocos países que dispone de la Bomba de Hidrógeno, además de disponer de toda los medios y tecnología necesaria para fabricar una bomba atómica.


¿De qué dependerán los efectos producidos por una explosión nuclear?
  • Del tipo de armas utilizadas, de su número y de la potencia nuclear de las mismas.
  • De las condiciones atmosféricas, tanto de temperatura como de la dirección y velocidad del viento.
  • De la existencia de mecanismos de detección de la radiación, planes de protección y evacuación, refugios y, sobre todo, de la información y preparación de la población.
  • De la infraestructura sanitaria e higiénica del país, si bien en una guerra nuclear quedarían prácticamente afectados todos los medios sanitarios de la zona.

¿Cuáles son los efectos de una explosión nuclear?

Por orden cronológico serían:

  • Destello luminoso: de tal intensidad que las personas se verían traslúcidas, como "una radiografía". Dura menos de un segundo y ocasionaría a una distancia inferior a 2 Km lesiones irreversibles en la retina por quemaduras. A mayor distancia se produce ceguera temporal por el deslumbramiento. Se acompaña de emisión de radiación electromagnética que no afecta a las personas pero sí a los medios de comunicación, los cuales quedarían inutilizados.
  • Radiación térmica: se trataría de una bola de calor y fuego que alcanzaría varios millones de grados en la zona de la explosión, y que recorrería más de 25 Km. Dicha temperatura provocaría quemaduras de tercer grado en un radio de 12 Km y de segundo grado hasta los 20 Km. Además, la falta de oxígeno por la combustión sería fatal, y produciría la muerte en un radio de 3 Km.
  • Radiación nuclear primaria: ya desde el momento de la explosión se produce emisión de partículas radiactivas, siendo las más letales los rayos gamma y los neutrones. Tener en cuenta que una bomba de 1 megatón de potencia produciría radiaciones letales en un radio de 4 Km al descubierto. Las personas que se alojaran en refugios recibirían dosis 5 a 8 veces inferiores. La bomba de neutrones sería más mortífera en función de la mayor penetración de los neutrones, capaces de perforar 80 centímetros de hormigón a 1 Km del punto de la explosión.
  • Onda expansiva: la expansión de gases originada por la explosión provoca una hiperpresión que avanza a gran velocidad. Esta onda de aire ocasionaría lesiones traumáticas conocidas como "blast aéreo", al que se suma el "blast sólido" por la proyección de objetos sólidos y su impactación sobre el cuerpo.
  • Radiación residual: después de uno o dos minutos, las partículas radiactivas procedentes de la radiación inicial se depositan en el suelo o en los escombros y producen una radiación secundaria. A ésta se añade la procedente de la nube radiactiva, constituida por las partículas que fueron succionadas por el hongo atómico y que comienzan a caer al cabo de 1-2 horas, prolongándose durante varios días. Es la responsable de la contaminación de aguas, ganado y alimentos.

¿Qué lesiones produce sobre el organismo una explosión nuclear?
  • Efectos de la onda expansiva: en un radio de 2-3 Km se produciría la muerte inmediata por rotura de vísceras internas y hemorragias. En el hipotético caso de que alguien sobreviviera a estos efectos, fallecería igualmente por los efectos térmicos y radiactivos. A mayores distancias se producirían lesiones traumáticas neurológicas, torácicas, abdominales y en extremidades.
  • Efectos producidos por el calor: en primer lugar el deslumbramiento, con ceguera temporal y lesiones irreversibles en retina y cristalino si se ha mirado al hongo nuclear en un radio inferior a los 3 Km. También quemaduras directas de cualquier grado (1º, 2º y 3º) e indirectas por incendios y explosiones secundarias.
  • Efectos radiactivos: La radiación, según la dosis y la distancia, puede producir la muerte inmediata del paciente o el llamado "síndrome radiactivo" (cuadro agudo y de evolución rápida consecuencia de la exposición, en un intervalo muy corto de tiempo, a dosis elevadas de partículas radiactivas con alto poder de penetración).
¿Qué lesiones originan los efectos radiactivos?

Para la ejecución de sus funciones, se establecen cinco servicios operativos de sanidad:

  • Lesiones en el sistema nervioso central. Consisten en disminución del nivel de consciencia, náuseas y vómitos por acción sobre el centro neurológico del vómito (vómitos de origen central, caracterizados por producirse en "escopetazo" o "a chorro"; muy difíciles de tratar), incoordinación motora, convulsiones e incluso la muerte en pocos días. Se produce con radiaciones superiores a 5000 rad (unidad de radiación absorbida por el organismo). Lo único que podemos hacer es suministrar sustancias antieméticas para disminuir los vómitos, y sedantes.
  • Lesiones gastrointestinales. Con dosis de radiación de 1000 a 5000 rad se producen náuseas, vómitos intensos y después diarreas hemorrágicas, con fiebre elevada. El tratamiento consiste en aliviar el dolor, la fiebre y reponer líquidos en gotero. Aún así el periodo de supervivencia es corto.
  • Lesiones sanguíneas. Se producen lesiones a nivel de la formación de células sanguíneas por la médula ósea. Con dosis inferiores a 300 rad el pronóstico es bueno y el paciente suele recuperarse totalmente. Con dosis superiores a los 1000 rad el paciente fallece. Por encima de los 300 rad aparecen de forma consecutiva los siguientes síntomas:
    • Durante los 2-3 primeros días el paciente presenta cansancio, pérdida del apetito, náuseas, vómitos y dolor de cabeza.
    • Posteriormente, y hasta la 3ª semana, se acentúa el cansancio y comienza a caerse el pelo.
    • A partir de la 3ª semana se produce una brusca disminución en la producción de células sanguíneas: glóbulos rojos o hematíes (se acentuará la anemia y el cansancio del paciente), glóbulos blancos o leucocitos (son las células que nos defienden de la infección, por lo que se producirá fiebre y cuadro infeccioso grave) y plaquetas (responsables de la formación de los coágulos, por lo que se producirán hemorragias intensas).
    • Hacia la 5ª-6ª semana, y si el paciente no ha fallecido por las complicaciones, la médula ósea comienza a regenerarse y el paciente se encuentra cada vez mejor hasta la total recuperación.
  • Lesiones cardiocirculatorias. Se produce hipotensión arterial y aumento del tamaño del corazón por alteración de las válvulas aurículo-ventriculares.
  • Lesiones renales. Con hemorragias internas y destrucción.
  • Alteraciones tardías de la radiación. Según investigación sobre cien mil personas irradiadas en Japón, tenemos:
    • Aumento continuo de la frecuencia de leucemia.
    • Aumento del cáncer de tiroides.
    • Aumento de la mortalidad y frecuencia de otros tumores como los linfomas.
    • Alteraciones fetales por malformaciones.

¿Qué hay que hacer ante un posible ataque militar?

En el caso de declararse una guerra nuclear, no habría una forma eficaz de protección, y la única defensa posible estaría en situarse lo más lejos posible de la explosión. En este sentido, evitaremos los posibles objetivos militares (aeropuertos, centrales nucleares, puertos, complejos industriales, bases militares, etc.) y buscaremos zonas rurales alejadas o zonas de veraneo.

En una ciudad, una bomba atómica puede matar a 50.000 personas o más, según la potencia y el grado de dispersión; si las personas están instruidas podrán salvarse unas 10.000. Para ello, es necesario contar con planes de defensa a gran escala, montar refugios llenos de víveres y pantallas con elementos de protección.:

Como medidas preventivas estaremos atentos a las recomendaciones de los medios de comunicación, radio y televisión. Nos situaremos en la planta más baja del edificio (sótano o garaje), en las zonas más protegidas, y bloqueando todas las puertas y ventanas. Será necesario disponer de agua almacenada, alimentos para varios días (ricos en vitamina P que aumenta la resistencia vascular y previene las hemorragias; un ejemplo son los limones) y linternas, velas o cerillas.

Si la explosión es inminente, buscaremos rápidamente refugio (a ser posible en un túnel subterráneo, garaje o el metro). Evitaremos siempre alojarnos en edificios modernos con grandes ventanales, que no protegerían contra la onda expansiva ni la onda de calor. Los refugios subterráneos ideales deberían tener reforzamiento de cemento o metal para proteger de los rayos gamma, muy penetrantes. También deberían contar con cierre hermético de puertas blindadas, varias salidas y aire acondicionado.

Si la explosión se produce, nos lanzaremos rápidamente al suelo "boca abajo", sin mirar al hongo atómico ni al destello que se produce, y cubriéndonos la cabeza con los brazos. A ser posible, ocultaremos las manos entre las mangas o presionándolas contra la zona de las orejas (evitando así el peligro de quemaduras y amputaciones). Permaneceremos en dicha posición hasta que haya pasado la onda de calor (por lo menos 3 minutos).


¿Cuál es el tratamiento que recibirán los supervivientes?

Más allá de los 15 Km existe la posibilidad de encontrar supervivientes, aunque con lesiones importantes y quemaduras, que requieren un tratamiento de descontaminación. Para penetrar en la zona siniestrada, los equipos médicos y de rescate llevarán máscaras respiratorias y trajes adecuados de plástico. Se evitará movilizar escombros y levantar polvo, pues todo está contaminado.

La técnica de descontaminación más inmediata será el lavado completo del cuerpo y la incineración y destrucción de toda la ropa. El lavado con agua y jabón bajo ducha (rápido y al menos en 5 ocasiones) es útil para descontaminar la piel, aunque no sirve para descontaminar los pulmones, el tiroides y los huesos. Para la descontaminación interna inyectamos agua pesada o sales de cadmio, las cuales evitarán que la destrucción celular se extienda.

Para prevenir las infecciones, administraremos dosis potentes de antibióticos. Para prevenir las hemorragias, utilizaremos antihemorrágicos y transfusiones sanguíneas. También intentaremos estimular la médula ósea con extractos del hígado y ácido fólic.


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