Una promoción inmobiliaria, último obstáculo para la mina de Riotinto

martes, 9 de febrero de 2010

EDITADO EN HUELVA INFORMACION

La herencia minera dejada por la subasta pública de los terrenos de Minas de Río Tinto, debido a las deudas acumuladas con la Seguridad Social, tras el paso por la dirección de la empresa de Carlos Estévez se ha convertido en el mayor obstáculo de la multinacional Emed Mining para completar con éxito su apuesta por el Proyecto Río Tinto. Una inversión de casi 100 millones de euros y 400 empleos penden de un hilo, el que separa del acuerdo a Emed Tartessus, su filial española, con varios grupos inmobiliarios que bloquean y lastran la explotación.

Cuando se cumple un lustro de su llegada a la Cuenca, después de varios millones de euros de desembolso y a punto de culminar su proceso de obtención de avales y permisos de la Junta de Andalucía, la firma que preside el chipriota Harry Anagnostaras Adams comprueba alarmada cómo el troceo de la unidad industrial, la minera y el territorio colindante impiden el laboreo metálico con garantías de rentabilidad y negocio.

La multinacional no descarta recurrir a las expropiaciones, para lo que hace falta la colaboración activa de la Junta de Andalucía, con tal de comenzar a sacar un mineral que se le resiste y no por motivos técnicos sino ora por causas jurídicas, ya solventadas tras el aval del Supremo a sus intereses y derechos, ora por ambiciones urbanísticas o especuladoras.

Emed Mining se ha topado de bruces con la década ominosa del ladrillo, la misma que atrajo a Riotinto a empresas como Rumbo 5.0 o Zeitung. Ambas aprovecharon el desguace de la mina que ahora pasa su factura.

Rumbo se hizo en 2005 con la propiedad de 1.200 hectáreas de tierras en el término riotinteño. Un terreno clave, estratégicamente diseñado y parcelado, esencial para la mina.

Emed Mining tiene garantizada la producción de cobre porque su finca incluye todos los márgenes de Corta Atalaya, Pozo Alfredo, Cerro Colorado, Corta Salomón, Quebrantahuesos y otras vetas. Pero los terrenos de Rumbo 5.0 le cortan sus salidas naturales hacia las presas de Aguzadera, Gossan y Cobre, los reposadores de gossan y otras lindes. Tampoco hay que pasar por alto que Emed Mining se ha encargado, hasta hoy, de garantizar la seguridad de la mayor presa minera de Europa y que embalsa 90 millones de toneladas de lodos tóxicos mezclados con aguas ácidas de mina. Y según asegura la empresa, este embalse lo comparte con Rumbo, sin que esta sociedad de tinte urbanístico se preocupe por la parte de la presa que ocupa.

Las aguas y escorrentías de Aguzadera desembocan en el Tintillo, que vierte a la cuenca del Odiel que baña las marismas y Huelva. De ahí que sea esencial controlar las subidas y bajadas de caudal del embalse minero y regular sus aguas.

Las posesiones de Rumbo comienzan detrás del barrio de Bellavista, Vacie del Paraguas y Club de Golf, y se extienden, envolviendo el pueblo y la explotación hacia el norte, por Los Huertos. En la margen derecha de la localidad incluyen las tierras traseras al Alto de la Mesa, El Dique Sur, hasta ocupar Peña del Hierro y mediar con Río Tinto Fruit. Un entramado que les garantiza no sólo el desarrollo urbanístico si lo hubiera sino el bloqueo de la mina. Y eso ya está pasando. Emed advierte que ha utilizado el levantamiento de actas notariales para dar fe de los problemas de manejo que se encuentran.

La sociedad Rumbo 5.0 adquirió el paquete de tres fincas, una en Riotinto y dos en El Campillo, en total 1.197 hectáreas de la extinta MRT subastadas el 15 de diciembre de 2005 en Madrid por la Agencia Tributaria. Poco después enseñaría sus cartas, urbanísticas, la promotora inmobiliaria Vía del Atlántico, una sociedad cuyo 50% de capital estaba entonces en manos de la Compañía para el Comercio de las Indias Occidentales.

El proyecto siempre quedó pendiente del desarrollo del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Riotinto, que ya ha conocido dos alcaldes, José Manuel Delgado, y la actual, Nuria Hernández. Pero todo sigue igual. O peor.

El grueso del proyecto de Rumbo 5.0 era la pretendida creación de un núcleo turístico residencial configurado por viviendas unifamiliares aprovechando el tirón del barrio inglés de Bellavista, un hotel de un centenar de habitaciones (ahora ha cerrado el vecino de Santa Bárbara, por falta de clientela) y un nuevo campo de golf de 18 hoyos que ampliaría el de los ingleses del XIX. Por todo este paquete se pagaron 2,8 millones de euros.

La inversión calculada por Rumbo alcanzaría 200 millones de euros, más de los que son necesarios para reabrir Riotinto y una cantidad similar a la invertida por Iberian Minerals Corporation en la mina de Aguas Teñidas, en Valdelamusa. Pero hasta hoy nada se ha cumplido ni realizado.

La única apuesta real por el empleo ha llegado de la mano de Emed Mining. Las tres mil solicitudes de trabajo presentadas en la compañía minera tras abrir el período de presentación de currículum para trabajadores e iniciar así la selección de personal hablan por sí mismas de la situación que vive la comarca.

El bloqueo que sufre la inversión, después de que ésta se haya incluso publicitado en la Bolsa de Londres, a causa de esta especie de ingeniería notarial y territorial, no deja en buen lugar a las autoridades reguladoras y encargadas de conceder los permisos. El mercado minero mundial basa su funcionamiento en oferta y demanda de metales no en artimañas y escrituras, por lo que las consecuencias empresariales y laborales pueden traspasar las fronteras .

Emed Mining sigue empeñada en arrancar su producción en 2011. El proyecto se basa en unas reservas minerales para una explotación a catorce años vista y recursos que permitan una ampliación para 20 años. Emed Tartessus, su marca española, prevé invertir otros 70 millones de euros antes del próximo año y luego siete en una campaña de sondeos para la obtención de reservas estratégicas.

La producción media contemplada es de 160.000 toneladas de concentrado al año al tratar un promedio de 20 millones de toneladas de material.

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