El rincón del libro aconsejado

domingo, 25 de abril de 2010

Garcilaso de la Vega

Biografía
Nace en Toledo, en el seno de una familia de nobles descendientes de los Mendozas y Guzmanes, en el año 1501. Hijo de García Suárez de Figueroa, importante noble que en la época de los Reyes Católicos adoptó el nombre de Lasso de la Vega, usado por una de sus abuelas. De aquí el nombre de su hijo Garcilaso de la VegaRecibe su primera educación en la Corte. Al entrar Carlos I como rey es nombrado su paje, siendo apreciado por éste y todos los acompañantes que por entonces rodeaban al monarcaBien pronto empieza su actividad militar y en compañía de Boscán acude a la defensa de la isla de Rodas. Desde este momento ambos poetas siempre estarán juntos, tanto en la paz como en la guerra.Pronto empieza a escribir versos en castellano, italiano o latín, su idioma nativoEn 1523 tras la campaña de Navarra contra los franceses es nombrado Caballero de Santiago.En 1525 se casa con Elena de Zúñiga, sin otro relieve en la vida del poeta que el de proporcionarle hijos, ya que indudablemente fue una boda amañada. Prueba es de ello lo poco que aparece en su obra. Tampoco hay noticias de sus hijos.
En 1526, con motivo de la boda de Carlos I con la princesa Isabel de Portugal, Garcilaso conoce al gran amor de su vida: la portuguesa Isabel Freyre. Aunque su amor nunca fue correspondido por dicha dama.
Boscán le pone en conocimiento del endecasílabo. A partir de ese momento Garcilaso compone al estilo de Petrarca, con el que se siente muy identificado.
En 1529 su gran amor, Isabel, se casa con Antonio de Fonseca. Para olvidar su desengaño amoroso Garcilaso vuelve a la Corte y acompaña al emperador Carlos I, asistiendo en Bolonia, Italia, a su coronación. Se instala en Mantua y en 1530 regresa a Toledo. Más tarde es enviado a Francia en misión especial ante la hostilidad del monarca galo para con Carlos I.
Por entonces empieza a componer sus mejores sonetos, como aquel que empieza diciendo: «Cuando me paro a contemplar mi estado...», y reflejando en muchos de estos sonetos sus amores y desamores.
Al contravenir una orden de su emperador por asistir en 1531 en Ávila a la boda de uno de sus sobrinos, es enviado al destierro. En compañía del Duque de Alba intenta llegar a Viena, pero antes de pasar la frontera es detenido y enviado a una isla del Danubio.
En 1532 gracias a la intervención de numerosos amigos pidiendo gracia ante el Emperador para el poeta, se le autoriza a vivir en Nápoles. Por aquel tiempo convertida en una de las ciudades más agradables para vivir. En esta ciudad acude a la Academia Pontaniana, donde conoce y alterna con los más grandes poetas de la época. Por entonces recibe la noticia de la muerte de su adorada Isabel, dejando honda huella en su lírica amorosa.
En 1535, participando en el asedio a la Goleta y Cartago, es herido y regresa a Nápoles.
En 1536 Garcilaso intervine nuevamente en campañas guerreras a consecuencia de las cuales en tierras italianas, concretamente en el castillo de Muy, en Provenza, recibe una herida de piedra siendo trasladado a Niza, donde muere en brazos del marqué de Bombay, más tarde conocido como San Francisco de Borja.
En 1543 se publican sus obras recogidas todas ellas por su amigo Boscán. En su obra se dice que hay 40 sonetos, en algunos otros autores 38, por lo general de contenido amoroso.
Como poeta además de contar con la admiración de sus amigos y contemporáneos fue alabado más tarde por Cervantes y Lope de Vega, entre otros, como el dios mayor del Parnaso español. Llamado también por su inspiración italianista el Petrarca español. Fue sin duda uno de los poetas más líricos del idioma castellano del Siglo de Oro.


Iremos poniendo algunos de ellos


I

Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;


mas cuando del camino esto olvidado,
a tanto mal no sé por do he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme
si ella quisiere, y aun sabrá querello;

que, pues, mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?

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