El retraso de las infraestructuras lastra la recuperación comarcal

domingo, 14 de noviembre de 2010

EDITADO EN HUELVA INFORMACION
La Cuenca Minera de Río Tinto, tras dejar atrás su etapa dorada, esos ya remotos años de esplendor con olor a cobre, languidece sin remedio. Los pilares de aquella primera diversificación socioeconómica que se vio truncada por el Plan Esquila, por la romántica pero inviable adquisición de la mina por quienes la laboraban, se resquebrajan para acrecentar la desesperanza entre la población. El cierre de Tubespa, acordado por el Consejo de Administración de su propietario, la caja de ahorros Cajasol, unido al alevoso cerrojazo dado en su momento a Nature Pack por el empresario, ya caído, Josep Xicola (el que también fuera gestor de Fincas Corral) después de comprarla por la irrisoria cantidad de un euro para dejar en la calle a 58 personas, no sólo supone para la comarca la sangrienta pérdida de otros 69 puestos de trabajo, sino también un argumento sólido que acentúa la pérdida de confianza en las promesas de las administraciones y, de forma colateral, en los propios alcaldes, la inmensa mayoría socialistas (seis de siete), de la zona.

La caída de esas dos entidades, que desde finales de los 80 y junto a la tampoco a salvo de la incertidumbre Río Tinto Plásticos y la firma citrícola Río Tinto Fruit abanderaban el sueño comarcal de huir del monopolio de la línea del cobre, ha hecho mella en la moral de la población, que, en paralelo, se pregunta dónde están los dirigentes de los siete municipios que constituyen la Mancomunidad que preside el regidor de Zalamea la Real, Vicente Zarza (PSOE). Los propios operarios de Tubespa, mientras permanecían acampados en la Gran Vía de la capital onubense, a las puertas de la Diputación Provincial, lamentaban la falta de calor recibida de sus representantes más directos, los que gobiernan sus ayuntamientos. "La disciplina de partido hace que antepongan los intereses de las siglas a las que pertenecen al sufrimiento del obrero", denunciaban. El aliento de un simple saludo, de una muestra pública de preocupación, por ligera que fuera, les habría bastado. Sólo necesitaban saber que no estaban solos. Pero ese apoyo no llegó y tuvieron que levantar el campo con la carta de despido bajo el brazo. Eso sí, al menos, lograron un pacto por el que Cajasol les abonará 45 días de salario por año de contrato y una indemnización de 12.000 euros, así como el "compromiso" de mantener las instalaciones de cara a la posible llegada de algún inversor.

El contexto de la comarca, con 2.209 parados (entre sus 17.249 habitantes), según los datos oficiales de octubre, inscritos en las listas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) a la espera de una oferta de trabajo, es, por tanto, desolador, hasta el punto de que pocos creen ya en esas infraestructuras tildadas hasta la extenuación de "salvadoras". Los plazos de la conexión con el Puerto de Huelva y la Ruta de la Plata a través del desdoble de la N-435, complementada por la también aprobada conversión en autovía de la A-461 (El Campillo-Santa Olalla del Cala), se han dilatado ya demasiado. Tras más de dos décadas de reivindicación, aún no hay fechas. Lo mismo cabe decir del anhelado Parque Empresarial y Tecnológico de la Cuenca Minera, sobre el que, de momento, sólo se conoce el emplazamiento, un espacio de 35 hectáreas del término municipal de El Campillo situado entre el margen derecho de la A-461, a la altura de la gasolinera de Minas de Riotinto, y el paraje de El Zumajo, pero no el día de la colocación ni de la última ni de la primera piedra. La hemorragia es tan profunda que muchos temen que esos proyectos tan demandados acaben por asentarse sobre un desierto, sobre un cementerio de bellos tonos rojizos.

La única vía de escape que emerge en el horizonte más inmediato, hacia la única a la que alcanza la vista de una tierra que agoniza, es, en consecuencia, la reapertura de la mina. Así lo exponen los sindicatos y demás agentes sociales de la zona, que alzan la voz, como ya lo manifestara el secretario general de UGT-Huelva, Jorge Puente, para que, de una vez, se disuelvan todas las sombras que planean sobre el proyecto de Emed Tartessus, para que despegue a la mayor brevedad posible. La sentencia es rotunda: sólo con la vuelta, por efímera que resulte, de mineros a los yacimientos de Cerro Colorado, la Cuenca podrá tomar el oxígeno imprescindible para subsistir hasta la irrupción material de las autovías N-435 y A-461 y el Parque Empresarial y Tecnológico. Mientras, cada vez son más quienes consideran meros "parches que no dan pan ni para hoy" a los cursos y talleres de empleo" que se ofertan en la comarca.

Ésta es la atmósfera que tuerce la recta hacia una nueva cita con las urnas, las Municipales de 2011, para cuestionar y, por consiguiente, amenazar el liderazgo del socialismo en una Cuenca que siempre ha teñido de rojo el mapa de la provincia de Huelva. El puño y la rosa se juegan mucho en esa tierra. El escenario no puede ser más grave e imprevisible. La prueba, que hasta el propio PSOE, en boca de la parlamentaria Susana Rivas, ha instado a la población a salir a la calle en masa para someter a la máxima presión posible a los, a su juicio, "egoístas" componentes de la Comisión Liquidadora de MRT que mantienen el freno a una iniciativa que podría dar empleo a centenares de habitantes de una de las comarcas más deprimidas de Europa.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto no hay quien lo entienda, el PSOE responsable de lo que ocurre tras 30 años de gobierno pide ahora que la gente salga a la calle ¿ para protestar contra quien, contra el propio PSOE?
La Comisión liquidadora es una cortina de humo, Susana, y lo sabes. El PSOE por una persona no autoriza la apertura¿ Alguien puede creerselo?

Rafael Perea