LA GUERRA AERONAVAL DE LAS MALVINAS (1982)

martes, 23 de marzo de 2010

Por primera vez desde la segunda guerra mundial, la humanidad presenciaba un conflicto aeronaval; en el cual Argentina intentaba recuperar unas islas que les fueron arrebatadas por los ingleses en 1833.

En 1982 el régimen argentino confiaba en que el gobierno británico se rendiría ante el hecho consumado de unas islas ya invadidas, ubicadas casi en el polo sur. A pesar de contar con una superioridad de 5 a 1 en sus fuerzas aéreas sobre las movilizadas por los ingleses, los argentinos no podían evitar la reconquista británica de las islas; por las razones que expondremos.



Submarino nuclear Conqueror, que hudió al crucer General Belgrano

La superioridad tecnológica británica se evidenció bajo el mar y en el aire. Los submarinos de propulsión nuclear británicos obligaron a la marina de guerra argentina a permanecer en la relativa seguridad de sus puertos continentales. Esto se decidió después del 2 de Mayo, tras el hundimiento del crucero General Belgrano por parte del submarino nuclear inglés Conqueror. El hecho ocurrió fuera de las 200 millas náuticas impuestas por los británicos (zona de exclusión); dentro de la cual cualquier buque o avión argentino sería atacado. Los ingleses justificaron su acción diciendo que ese límite era provisional hasta el 1 de Mayo, fecha en la que culminaban las negociaciones diplomáticas de paz. Como se recordara, Las Malvinas se tomaron el día 2 de abril. La presencia de esos submarinos obligó a los argentinos a mantener un puente aéreo logístico con las islas; para ello usaron su flota de nueve aviones Hércules C-130, los cuales debían hacer peligrosos vuelos a baja altura para evitar los radares de descubierta de la flota inglesa. En segundo lugar, el principal buque de guerra argentino, el portaviones Veinticinco de Mayo, quedo durante todo el conflicto en su base continental. Su flotilla de 8 aviones A-4Q Skyhawk, fue desembarcada para operar desde una base en el continente. Sus pilotos eran expertos en el ataque a buques de superficie, como lo demostrarían con el hundimiento de las fragatas HMS Ardent y Antelope.

General Belgrano y las balses de salvamento, el almirante jefe fue el último en abandonarlo.
El aeródromo de Puerto Argentino se convirtió en el objetivo más importante para los ingleses. Su uso por parte de la aviación argentina representaba una grave amenaza, por lo que la primera acción hostil de los ingleses estaba dirigida a la inutilización del mismo. Para ello utilizaron a un bombardero que estaba a punto de ser retirado del servicio, el Avro Vulcan.

Estos aparatos entraron en servicio a finales de la década de los sesenta; para lanzar ataques nucleares a los países socialistas de Europa del este, ante una eventual guerra mundial nuclear; época que conocemos como de “Guerra Fría”. Se realizaron dos misiones de bombardero a principios de mayo; donde un solitario Vulcan debía hacer un vuelo de más de 12000 km; en misiones de hasta 16 horas, estableciendo así una marca mundial de distancia en misiones de bombardeo. Para cumplir con esas misiones se requería de un total de 11 aviones Victor; otro bombardero de la misma clase, relegado ahora a misiones de reabastecimiento en vuelo. El reconocimiento aéreo demostró que los ataques de los Vulcan con bombas convencionales fue bastante inexacto, cuando apenas 2 bombas de 21 alcanzaron la pista; pero fue mas que suficiente para dejarlo inutilizable para los aviones de altas prestaciones argentinos. De esta manera, solo podían operar directamente desde las islas los aviones de ataque ligero tipo Pucara y Aermacchi MB 339. A finales de Mayo se realizaron tres misiones similares para destruir instalaciones de radar, portando ahora los Vulcan misiles antirradar Srike. En la última misión, una falla durante uno de los reabastecimientos de combustible con uno de los Victor, obligo a un Vulcan a realizar un aterrizaje de emergencia en Río de Janeiro, donde estuvo retenido nueve días.

El Avreo Victor debía servir de reabastecimiento al Vulcan
aquí lo vemos con un misil estratégico, que no se utilizó en la guerra.

La imposibilidad de poder utilizar el aeródromo de las islas, obligó a la aviación argentina a realizar sus ataques desde el continente; debiendo sus aviones cubrir una distancia de 800 millas (alrededor de 1200 Km), en vuelos de ida y vuelta, al límite de su alcance. Cada aparato debía llevar hasta tres depósitos de combustible, en detrimento a la cantidad de bombas, siendo así necesarios más aviones para cumplir una misión. A esto se añadía el inconveniente de tener que permanecer solo escasos minutos en el área de operaciones, antes de volver al continente.
El Sea Harrier pudo contener a los Mirage IIIE argentinos. Gracias a estos aparatos, se puede decir que los ingleses pudieron recuperar las islas.

El día 1 de Mayo se dio el primer combate aéreo de la guerra. Se enfrentaban así dos filosofías de diseño aeronáutico, que
respondían a necesidades diferentes de la estrategia aérea.Los Mirage III franceses son aparatos supersónicos, diseñados para interceptar enemigos volando a gran altura y derribarlos a distancia media utilizando sus misiles guiados por radar semiactivo. En cambio los Sea Harrier (subsónicos), son aparatos de defensa de la flota naval y de apoyo a los desembarcos de la infantería de marina, realizando ataques a tierra. Las diferentes características de ambos tipos de aparatos obligaban a sus pilotos a mantener una posición ventajosa que les pudiese dar una ventaja táctica en un momento de descuido de su rival. De este modo, los Mirage de argentina operaban a una altitud de 9000 metros, en donde podían sacar mayor ventaja a su principal ventaja, la velocidad. Los Sea Harrier ingleses volaban a alturas medias de 4500 m, esperando que los Mirage se decidiesen a atacarlos, disminuyendo su velocidad y entablando combate cerrado con ellos, situación en la que el Sea Harrier es uno de los mejores aviones del mundo, gracias a su capacidad de detenerse en pleno vuelo.

Para aquel día, la aviación argentina había planificado un ataque “en tenaza” contra la flota inglesa situada al este de Las Malvinas. Un primer grupo compuesto por aviones Dagger (“Mirage israelíes” y Skyhawk eran escoltados por MirageIIIEA; el segundo grupo lo componían 3 bombarderos Canberra (modelo utilizado por ambos bandos). La idea era tomar por sorpresa a los ingleses y dispersar a los Sea Harrier defensores. Sucedió que ante la necesidad de volar a baja altura para evitar ser detectados por los radares de los buques enemigos, los Mirage decidieron volar muy bajo, error que aprovecharon los Sea Harrier derribando a los dos únicos Mirage de la misión. Uno de los pilotos logró salvar su vida eyectándose; el segundo piloto intento realizar un aterrizaje de emergencia en el aeródromo de Puerto argentino, donde resulto derribado por la artillería antiaérea argentina, al pensar de que se trataba de un nuevo ataque ingles. De los tres Canberra uno fue derribado por los Sea Harrier, obligando a los otros dos a escapar hacia el continente.

IAI Dagger, recibio el peso de los ataques argentinos, juntos los A-4 Skyhawk

Hay que resaltar el hecho de lo determinante que fue la ayuda norteamericana a los ingleses. Estos recibieron a última hora nuevos misiles aire-aire del tipo Sidewinder AIM-9L. Los Argentinos disponían del mismo tipo de misil como arma para la defensa de sus cazas, pero una versión anterior, la AIM-9B. Este misil necesitaba ser disparado estando detrás de sus victimas, de manera que su detector de infrarrojos captase el calor de la tobera de escape del motor del avión enemigo. En cambio, la versión AIM-9L podía ser disparado desde cualquier ángulo, incluso de frente al enemigo. Esto ya representaba una ventaja para los pilotos ingleses, aunque la mayoría de los derribos fueron hechos de la manera convencional.
Dassault Breguet Super Etendard.

El día 4 de Mayo les tocó a los argentinos demostrar su profesionalismo en un ataque exitoso. El arma más efectiva resulto ser la flotilla de aviones Super Etendard equipados con misiles antibuque AM-39 Exocet de fabricación francesa. Los argentinos solo contaban con cinco de esos aviones y cinco misiles, por lo que las misiones debieron planificarse con sumo cuidado. Existía siempre el peligro de ser detectado por los radares de descubierta de los buques enemigos, los cuales alertarían enseguida a los siempre peligrosos Sea Harrier. Estos ataques se realizaban de manera coordinada con aviones de patrulla marítima P-2 Neptune, capaces de localizar a la flota enemiga a gran distancia, proporcionando así datos de posición a los Super Etendard. Una pareja de estos aviones se acercaban siguiendo una ruta indirecta por el norte de la flota inglesa, posición menos esperada por ellos para ser atacados. Después de ser reabastecidos en vuelo por un avión Hércules, los dos aviones volaron a una peligrosa altitud de 15 metros sobre un mar picado. A una distancia de 40 Km, ambos aparatos aumentan su altitud, para ahora si, delatar su posición “iluminando” a sus objetivos (los portaviones) con sus radares y transmitiendo esos últimos datos a la memoria de los misiles. Una vez disparados los Exocet, ambos aviones retornan al continente; el resultado fue un impacto directo al destructor HMS Sheffield. Los daños sufridos fueron por los incendios producidos por el escape cohete del misil, ya que la carga explosiva no estalló. El buque se hundió algunos días después

El Sheffield tocado, se hudiría de regreso de regreso a gran Bretaña.

El día 21 de Mayo fue el escogido por los ingleses para desembarcar en la bahía de San Carlos al oeste de La Isla Soledad; se realizaría así un avance terrestre para tomar Puerto Argentino (Port Stanley). Fue ese día uno de los más destacados en cuanto a la intensidad de los combates. Por la mañana atacaron los A-4B de la fuerza aérea argentina, con la mala fortuna de que sus bombas no estallaban al impactar en los barcos ingleses, al ser lanzadas a muy baja altura. Por la tarde le llego el turno a los A-4Q de la Armada, los cuales utilizaron bombas de espoletas retardadas en lugar de bombas de caída libre. El resultado fue un impacto directo en la fragata Ardent, la bomba explotó y el buque se hundió el día siguiente. Al final de ese día, las fuerzas aéreas argentinas habían perdido 12 aviones y dos helicópteros, con cuatro pilotos muertos; mientras que las bajas británicas fueron de un Harrier (perdido en accidente), tres helicópteros y dos pilotos muertos. No obstante, los argentinos consiguieron destruir una fragata, dañando a otras dos y un destructor.

Así estaba planificado el ataque al HMS Ivincible.

El A-4C Skyhawk, junto a los Dagger, realizaron la mayoría de los ataques, también sufrieron el mayor número de bajas

El hecho de que no salieran desde las islas las misiones aéreas argentinas no se debió a ningún ataque británico sino, meramente, a la ineptitud del Comandante Menendez y los miembros de la Junta Militar que impidieron que la pista se prolongara lo suficiente como para operar los cazas de ataque, intercepción y combate. Así le impidieron a la FAA desarrollar completamente su Plan Aries 82.

Algo desconocido parece, el Plan Aries 82 comenzó a delinearse internamente en la FAA entre los oficiales previsores que comprendieron que la Junta se equivocaba al pensar que el país no entraría en guerra, y ese plan se comenzó a ejecutar desde el dos de abril con las primeras ordenes de acción. Así diseñaron la movilización de las unidades aéreas y todo lo necesario, se adelantaron en la conformación de la FAS (Fuerza Aérea Sur) y delinearon los posibles escenarios con que se encontraría la FAA.

La FAA fue la única fuerza que tomó como real la posibilidad de guerra y se abocó a hacer todo lo que pudiese. Fue mérito a puro esfuerzo el tender el puente aéreo, realizar los ataques aeronavales, etc. Se puede decir que fue la única FF.AA. que pensó algo.

En segundo lugar: las bombas que no explotaron eran bombas nuevas, MK de procedencai inglesa. Con sus explosivos en estado óptimo (no se nos vecen las armas porque CITEFA las mantiene, mejora y recambia lo necesario). El problema fue que esas bombas estaban hechas para ataques a la antigua, volando alto y tirándolas a más de 400 metros.

Sucedía que la espoleta, armada por una hélice girada por el viento, no tenía tiempo de calibrarse bien porque se tiraban por debajo de los 40/30metros. Fue unas semanas antes del fatídico 14 de Junio que CITEFA con sus técinos diseñó las propias bombas FAS aptas para tales condiciones deoperación. Otras bombas usadas eran retardadas por paracídas y con espoletas de aproximación.

El 23 de Mayo los A-4B alcanzaron con sus bombas a la fragata Antelope, las bombas nuevamente no explosionaron, pero al intentar ser desactivada por un equipo especial, la bomba estalló y el buque se hundió en el acto. El 25 de Mayo (día de la independencia argentina), el destructor Conventry fue atacado por los A-4B y Dagger. El buque consiguió derribar a tres aviones con sus misiles Sea Dart, pero resultó hundido tras el ataque. Ese mismo día se produjo el segundo ataque exitoso de Super Etendard con misiles Exocet; el objetivo nuevamente eran los portaviones ingleses; pero el misil impactó en el buque de carga Atlantic conveyor, resultando hundidos con él 10 helicópteros necesarios para los ingleses en sus operaciones terrestres (éste hecho sin duda alargó la guerra unos días), además de municiones y repuestos para los Harrier, junto a numeroso material logístico. Se intentaron tres incursiones más de este tipo pero no fueron exitosas, agotándose así los misiles disponibles para esos efectivos ataques (en los cuales confiaban los argentinos para ganar la guerra). El 8 de Junio se produjo otro importante ataque argentino, cuando aviones Dagger y A-4B, escoltados por Mirage, atacaron al buque de apoyo de desembarco Sir Galahad; las explosiones fueron seguidas de un gran incendio que causara la muerte a 43 Guardias Galeses. Ese mismo día se daño una fragata y el siguiente hundieron una lancha de desembarco. El 12 de Junio el destructor Glamorgan fue gravemente dañado por un Exocet MM.38 lanzado desde tierra.
La Antélope se hunde al intentarse desactivar las bombas que no explosionaron en el acto

Podemos concluir resumiendo las principales ventajas y desventajas de ambas fuerzas enfrentadas. Los ingleses tenían una fuerza de portaviones que estaba concebida respondiendo a las necesidades defensivas de La OTAN; compuesta principalmente por tres porta helicópteros, que tuvieron la fortuna de contar con la disponibilidad de los aviones Sea Harrier y Harrier GR.3, de despegué vertical. Atrás quedó la época de los grandes portaviones ingleses pensados en proteger sus lejanas colonias; ahora que se necesitaban ya no estaban. Éstos fueron retirados en la década de los sesenta, cuando se pensaba que ya no serían necesarios; ironías de la Historia!. Por su parte, la combinación misil-avión resultó ser el sistema de armas más efectivo en combate, como lo demostraron los ataques argentinos con Super Etendard- Exocet, y los ingleses Sea Harrier con el AIM9L aire-aire; los cuales lograron neutralizar una fuerza aérea de 100 aviones con apenas 20 Harrier. El Sea Harrier se ganó el apodo de “la muerte negra” ya que lograron derribar 21 aviones argentinos ( 2 Mirage, 1 Camberra, 9 Dagger, 1 Pucará, 5 A-4B y 3 A-4Q). Se perdieron 5 Harrier ( 2 por accidente, 2 derribado por la antiaérea argentina y otro por un misil de infantería). La amenaza de los Sea Harrier, junto a la posibilidad de que fuese bombardeada la capital Buenos Aires, obligó a los argentinos a que sus Mirage permanecieran en el continente, ante la eventual aparición de los Vulcan. Hay que resaltar el hecho de la desventajas de los aviones argentinos de tener que operar al límite de su alcance; a parte del hecho de que la mayoría de las veces las bombas nunca detonaban; situación que pudo haber cambiado el resultado de la guerra.

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