Por GaetanoLaSpina
Submarino nuclear Conqueror, que hudió al crucer General Belgrano
La superioridad tecnológica británica se evidenció bajo el mar y en el aire. Los submarinos de propulsión nuclear británicos obligaron a la marina de guerra argentina a permanecer en la relativa seguridad de sus puertos continentales. Esto se decidió después del 2 de Mayo, tras el hundimiento del crucero General Belgrano por parte del submarino nuclear inglés Conqueror. El hecho ocurrió fuera de las 200 millas náuticas impuestas por los británicos (zona de exclusión); dentro de la cual cualquier buque o avión argentino sería atacado. Los ingleses justificaron su acción diciendo que ese límite era provisional hasta el 1 de Mayo, fecha en la que culminaban las negociaciones diplomáticas de paz. Como se recordara, Las Malvinas se tomaron el día 2 de abril. La presencia de esos submarinos obligó a los argentinos a mantener un puente aéreo logístico con las islas; para ello usaron su flota de nueve aviones Hércules C-130, los cuales debían hacer peligrosos vuelos a baja altura para evitar los radares de descubierta de la flota inglesa. En segundo lugar, el principal buque de guerra argentino, el portaviones Veinticinco de Mayo, quedo durante todo el conflicto en su base continental. Su flotilla de 8 aviones A-4Q Skyhawk, fue desembarcada para operar desde una base en el continente. Sus pilotos eran expertos en el ataque a buques de superficie, como lo demostrarían con el hundimiento de las fragatas HMS Ardent y Antelope.
General Belgrano y las balses de salvamento, el almirante jefe fue el último en abandonarlo.
Estos aparatos entraron en servicio a finales de la década de los sesenta; para lanzar ataques nucleares a los países socialistas de Europa del este, ante una eventual guerra mundial nuclear; época que conocemos como de “Guerra Fría”. Se realizaron dos misiones de bombardero a principios de mayo; donde un solitario Vulcan debía hacer un vuelo de más de 12000 km; en misiones de hasta 16 horas, estableciendo así una marca mundial de distancia en misiones de bombardeo. Para cumplir con esas misiones se requería de un total de 11 aviones Victor; otro bombardero de la misma clase, relegado ahora a misiones de reabastecimiento en vuelo. El reconocimiento aéreo demostró que los ataques de los Vulcan con bombas convencionales fue bastante inexacto, cuando apenas 2 bombas de 21 alcanzaron la pista; pero fue mas que suficiente para dejarlo inutilizable para los aviones de altas prestaciones argentinos. De esta manera, solo podían operar directamente desde las islas los aviones de ataque ligero tipo Pucara y Aermacchi MB 339. A finales de Mayo se realizaron tres misiones similares para destruir instalaciones de radar, portando ahora los Vulcan misiles antirradar Srike. En la última misión, una falla durante uno de los reabastecimientos de combustible con uno de los Victor, obligo a un Vulcan a realizar un aterrizaje de emergencia en Río de Janeiro, donde estuvo retenido nueve días.
El Avreo Victor debía servir de reabastecimiento al Vulcan
aquí lo vemos con un misil estratégico, que no se utilizó en la guerra.
respondían a necesidades diferentes de la estrategia aérea.Los Mirage III franceses son aparatos supersónicos, diseñados para interceptar enemigos volando a gran altura y derribarlos a distancia media utilizando sus misiles guiados por radar semiactivo. En cambio los Sea Harrier (subsónicos), son aparatos de defensa de la flota naval y de apoyo a los desembarcos de la infantería de marina, realizando ataques a tierra. Las diferentes características de ambos tipos de aparatos obligaban a sus pilotos a mantener una posición ventajosa que les pudiese dar una ventaja táctica en un momento de descuido de su rival. De este modo, los Mirage de argentina operaban a una altitud de 9000 metros, en donde podían sacar mayor ventaja a su principal ventaja, la velocidad. Los Sea Harrier ingleses volaban a alturas medias de 4500 m, esperando que los Mirage se decidiesen a atacarlos, disminuyendo su velocidad y entablando combate cerrado con ellos, situación en la que el Sea Harrier es uno de los mejores aviones del mundo, gracias a su capacidad de detenerse en pleno vuelo.
Para aquel día, la aviación argentina había planificado un ataque “en tenaza” contra la flota inglesa situada al este de Las Malvinas. Un primer grupo compuesto por aviones Dagger (“Mirage israelíes” y Skyhawk eran escoltados por MirageIIIEA; el segundo grupo lo componían 3 bombarderos Canberra (modelo utilizado por ambos bandos). La idea era tomar por sorpresa a los ingleses y dispersar a los Sea Harrier defensores. Sucedió que ante la necesidad de volar a baja altura para evitar ser detectados por los radares de los buques enemigos, los Mirage decidieron volar muy bajo, error que aprovecharon los Sea Harrier derribando a los dos únicos Mirage de la misión. Uno de los pilotos logró salvar su vida eyectándose; el segundo piloto intento realizar un aterrizaje de emergencia en el aeródromo de Puerto argentino, donde resulto derribado por la artillería antiaérea argentina, al pensar de que se trataba de un nuevo ataque ingles. De los tres Canberra uno fue derribado por los Sea Harrier, obligando a los otros dos a escapar hacia el continente.
IAI Dagger, recibio el peso de los ataques argentinos, juntos los A-4 Skyhawk
El día 4 de Mayo les tocó a los argentinos demostrar su profesionalismo en un ataque exitoso. El arma más efectiva resulto ser la flotilla de aviones Super Etendard equipados con misiles antibuque AM-39 Exocet de fabricación francesa. Los argentinos solo contaban con cinco de esos aviones y cinco misiles, por lo que las misiones debieron planificarse con sumo cuidado. Existía siempre el peligro de ser detectado por los radares de descubierta de los buques enemigos, los cuales alertarían enseguida a los siempre peligrosos Sea Harrier. Estos ataques se realizaban de manera coordinada con aviones de patrulla marítima P-2 Neptune, capaces de localizar a la flota enemiga a gran distancia, proporcionando así datos de posición a los Super Etendard. Una pareja de estos aviones se acercaban siguiendo una ruta indirecta por el norte de la flota inglesa, posición menos esperada por ellos para ser atacados. Después de ser reabastecidos en vuelo por un avión Hércules, los dos aviones volaron a una peligrosa altitud de 15 metros sobre un mar picado. A una distancia de 40 Km, ambos aparatos aumentan su altitud, para ahora si, delatar su posición “iluminando” a sus objetivos (los portaviones) con sus radares y transmitiendo esos últimos datos a la memoria de los misiles. Una vez disparados los Exocet, ambos aviones retornan al continente; el resultado fue un impacto directo al destructor HMS Sheffield. Los daños sufridos fueron por los incendios producidos por el escape cohete del misil, ya que la carga explosiva no estalló. El buque se hundió algunos días después
El Sheffield tocado, se hudiría de regreso de regreso a gran Bretaña.
El día 21 de Mayo fue el escogido por los ingleses para desembarcar en la bahía de San Carlos al oeste de La Isla Soledad; se realizaría así un avance terrestre para tomar Puerto Argentino (Port Stanley). Fue ese día uno de los más destacados en cuanto a la intensidad de los combates. Por la mañana atacaron los A-4B de la fuerza aérea argentina, con la mala fortuna de que sus bombas no estallaban al impactar en los barcos ingleses, al ser lanzadas a muy baja altura. Por la tarde le llego el turno a los A-4Q de la Armada, los cuales utilizaron bombas de espoletas retardadas en lugar de bombas de caída libre. El resultado fue un impacto directo en la fragata Ardent, la bomba explotó y el buque se hundió el día siguiente. Al final de ese día, las fuerzas aéreas argentinas habían perdido 12 aviones y dos helicópteros, con cuatro pilotos muertos; mientras que las bajas británicas fueron de un Harrier (perdido en accidente), tres helicópteros y dos pilotos muertos. No obstante, los argentinos consiguieron destruir una fragata, dañando a otras dos y un destructor.
Así estaba planificado el ataque al HMS Ivincible.
El A-4C Skyhawk, junto a los Dagger, realizaron la mayoría de los ataques, también sufrieron el mayor número de bajas
El hecho de que no salieran desde las islas las misiones aéreas argentinas no se debió a ningún ataque británico sino, meramente, a la ineptitud del Comandante Menendez y los miembros de la Junta Militar que impidieron que la pista se prolongara lo suficiente como para operar los cazas de ataque, intercepción y combate. Así le impidieron a la FAA desarrollar completamente su Plan Aries 82.
Algo desconocido parece, el Plan Aries 82 comenzó a delinearse internamente en la FAA entre los oficiales previsores que comprendieron que la Junta se equivocaba al pensar que el país no entraría en guerra, y ese plan se comenzó a ejecutar desde el dos de abril con las primeras ordenes de acción. Así diseñaron la movilización de las unidades aéreas y todo lo necesario, se adelantaron en la conformación de la FAS (Fuerza Aérea Sur) y delinearon los posibles escenarios con que se encontraría la FAA.
La FAA fue la única fuerza que tomó como real la posibilidad de guerra y se abocó a hacer todo lo que pudiese. Fue mérito a puro esfuerzo el tender el puente aéreo, realizar los ataques aeronavales, etc. Se puede decir que fue la única FF.AA. que pensó algo.
En segundo lugar: las bombas que no explotaron eran bombas nuevas, MK de procedencai inglesa. Con sus explosivos en estado óptimo (no se nos vecen las armas porque CITEFA las mantiene, mejora y recambia lo necesario). El problema fue que esas bombas estaban hechas para ataques a la antigua, volando alto y tirándolas a más de 400 metros.
Sucedía que la espoleta, armada por una hélice girada por el viento, no tenía tiempo de calibrarse bien porque se tiraban por debajo de los 40/30metros. Fue unas semanas antes del fatídico 14 de Junio que CITEFA con sus técinos diseñó las propias bombas FAS aptas para tales condiciones deoperación. Otras bombas usadas eran retardadas por paracídas y con espoletas de aproximación.
http://helepolis.blogcindario.com
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