Alvar Núñez Cabeza de Vaca

viernes, 9 de abril de 2010


Alvar nació en el año 1490 en Jerez de la Frontera y pertenecía a una familia de la pequeña nobleza andaluza, venida a más gracias a su exitosa participación en la conquista de Canarias. Por ello, es comprensible que tras el descubrimiento de las indias, varios de sus miembros intentaran lograr fama y fortuna en las nuevas tierras.

Uno de ellos fue Alvar, que se apuntó a la expedición que se organizó para la conquista de Florida. Salieron los barcos desde España en el año 1527, al mando de Pánfilo de Narváez con los mejores augurios y deseos de obtener gran botín, pero nada más lejos de la realidad.


Lo que era una orgullosa flota de conquista se transformó en un penoso viaje en chalupa por un territorio inhabitable y repleto de indios hostiles. La dispersión de las tropas, la ineptitud de Narváez y el hostigamiento de unos indios irreductibles, hicieron que los españoles tomaran tierra en las peores condiciones posible, sin apenas armas, material o aprovisionamiento, lo que provocó que los supervivientes fueran reducidos a la esclavitud por unos indios plenamente adaptados al medio.

Cabeza de Vaca presenció las penalidades de sus antiguos compañeros de viaje, obligados en algunos casos al canibalismo. Él pudo sobrevivir gracias a una actitud más cauta, aceptando con resignación la situación de sometimiento a los indígenas. Así permaneció varios años hasta que logró escapar, entonces llegó el momento de decidir que hacer pues se encontraba solo en medio de un continente repleto de indios dispuestos a matarle. Su carácter observador le llevó a convertirse en intercambiador de productos entre la costa y el interior. Esta penosa tarea la tuvo que desarrollar durante varios años con la única recompensa de tener que comer. Comenzó así su adaptación a la comarca, aprendiendo varios dialectos indios y recorriendo siempre a pie un extenso territorio en lo que hoy es el Estado de Texas.

Sus penalidades se suavizaran cuando de manera fortuita los indios le vieron como un curandero. Aunque Cabeza de Vaca únicamente soplaba y santiguaba a los enfermos, estos sanaban, sin duda gracias a la autosugestión. Su fama se extendió y gracias a ello pudo atravesar los actuales estados de Arizona y Nuevo México, para llegar por fin a establecer contacto con los españoles de México. Era el año 1536, habían pasado 9 años de privaciones y exploraciones que le permitieron pasar a la historia como uno de los mayores exploradores del continente americano.

El resto de su vida la pasó como gobernador del Río de la Plata, en el actual Paraguay. Allí organizó nuevas expediciones, en las que descubrió las impresionantes catataras de Iguazú. Sin embargo su gestión no fue todo los afortunada que se esperaba y fue depuesto por un motín. A su regreso a España, cansado y olvidado, se dedicó a escribir sus aventuras en un libro titulado “Relación de los náufragos”, que le haría pasar a la posteridad y un segundo volumen titulado “Comentarios”, sobre sus años de gobierno en el Paraguay.

Alvar Núñez de Vaca murió en España, a causa de su avanzada edad, en el año 1560.


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