La carga de fútbol del 8ºBatallón Británico

martes, 14 de junio de 2011

El fútbol es ampliamente considerado el deporte más popular del mundo. Inventado en Inglaterra y exportado a todo el planeta, es un juego que incluso en condiciones adversas no puede ser nunca subestimado.

A estas alturas está más que claro, que el objetivo principal del juego es desplazar una pelota a través del campo e intentar ubicarla dentro de la meta contraria, acción que todos conocemos de sobra llamada “gol”. Pero que ocurre si trasladamos un partido del deporte rey a un escenario dantesco como puede ser la 1ªGuerra Mundial y buscamos la meta contraria entre las trincheras alemanas…Pues que esta historia gol suena a locura, locura del 8º Batallón de las Fuerzas Británicas.

La batalla del Somme al norte de Francia, fue una de las más largas y sangrientas de la 1ªGuerra Mundial, con más de un millón de bajas entre ambos bandos. Uno de los incidentes más famosos que se produjeron durante la carnicería de la primera jornada, fue el protagonizado por el 8º Batallón East Surrey, el regimiento “fútbol”.

El 1 de julio de 1916, bajo el fuego enemigo pesado, los valientes hombres estaban esperando en las trincheras dispuestos a ir “más arriba”. Su objetivo era Montauban Ridge. El capitán W.P. Nevill, al mando de la Compañía B, fue el curioso responsable de vaciar el miedo de los soldados con un atrevido cometido…

El capitán Nevill, había comprado cuatro balones de fútbol, uno para cada pelotón. ¿Y para que?, pues para lanzarlos lo más lejos posible a tierra de nadie, bueno mejor dicho, en zona alemana. El capitán prometió una recompensa para el primer pelotón que marcara gol en las trincheras enemigas. A las 7.27 de la mañana, el pelotón dirigido por Nevill salió de sus trincheras y comenzó el ataque y el partido contra la muerte.

De cara al fuego asesino, el grupo avanzó valientemente entre balones rebotando y cuerpos que eran abatidos. Un escenario rocambolesco digno de la mejor película de galantería humorística.

Bajo una incesante lluvia de balas, el valiente capitán Nevill fue el primero en caer antes de tiempo, un contratiempo que no desalentó en ningún momento al resto del pelotón. Como buenos aficionados al fútbol, hay que seguir adelante,..y entre roncos gritos de aliento y desafío, los hombres continuaron su lucha, (balones incluidos), en busca del gol,..las trincheras alemanas.

Este primer día de batalla es recordado por lo sangriento que fue. Los británicos sufrieron 57.740 bajas de las cuales, 19.240 fueron mortales, por lo que constituye la batalla más sangrienta en la historia del ejercito británico. Su confianza en que las defensas alemanas habían sido destruidas estaba fuera de lugar, y tristemente la mayoría fueron asesinados o heridos por el fuego enemigo. El principal propósito de esta batalla era distraer a las tropas alemanas de la batalla de Verdún.

Pero a pesar de los terribles acontecimientos y una vez que las bombas y las bayonetas habían hecho su trabajo; de los cuatro balones que partieron de la “defensa”, dos de ellos fueron encontrados en las trincheras alemanas. Lamentablemente el capitán Nevill no estaba allí para premiar a los supervivientes del 8ºBatallón del regimiento “fútbol”. El teniente coronel H.P. Treeby (foto), dedicó unas palabras de aliento y agradecimiento a los hombres que tomaron parte en el avance, además de premiar al pelotón de la compañía B por los dos goles encajados en portería Germana.

Actualmente uno de los balones se encuentra en el castillo de Dover, concretamente en el Museo Real de la Princesa de Gales.


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