Casi el 10% de los planetas rocosos que gravitan alrededor de estrellas como nuestro Sol, podría alojar una luna proporcionalmente tan grande como la de la Tierra, dicen investigadores.
Nuestra Luna es desproporcionadamente grande -más de una cuarta parte del diámetro de la Tierra- una situación que se creía rara.
Pero al simular la formación de planetas a través de computadoras, los investigadores han demostrado que los grandes impactos que provocaron la creación de nuestra Luna, podrían ser comunes.
El resultado también podría ayudar a identificar otros planetas en los que podría haber vida.
Un informe detallando los resultados de la investigación se publicará en Icarus, una revista especializada en estudios del sistema solar.
El año pasado, investigadores del Instituto de Física Teórica de la Universidad de Zurich, en Suiza, y Ryuja Morishima del Laboratorio de Física Atmosférica y del Espacio de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, llevaron a cabo una serie de simulaciones para descubrir la forma en la que los planetas se crean a partir de gas y pequeños trozos de roca conocidos como planetacimales.
Se cree que nuestra Luna se formó en los primeros años de la Tierra cuando un planeta del tamaño de Marte se estrelló contra nuestro planeta, provocando un disco de material fundido alrededor de la Tierra que más tarde se fusionó para crear la Luna como la conocemos hoy.
El equipo de investigadores usó los resultados de su estudio inicial como la base de una nueva simulación para determinar las probabilidades de que impactos a gran escala puedan formar satélites en forma similar.
Los resultados mostraron que hay una en cada 12 posibilidades de que se genere un sistema que cuente con un planeta con más de la mitad de la masa de Tierra y una luna con más de la mitad de la masa de nuestra Luna.
Tomando en cuenta los márgenes de error de estudio, el rango de posibilidades de que ocurra el fenómeno se sitúa entre uno en 45 y uno de cada cuatro eventos.
Influencia estabilizadora
Sebastian Elser, de la Universidad de Zurich, dice que los nuevos estimados sobre las probabilidades de que existan satélites del tamaño de la Luna podrían ayudar a la búsqueda de planetas extrasolares.
Esas grandes lunas podrían confundir la medidas tomadas para descubrir planetas, pero el saber que los satélites grandes pueden ser comunes podría facilitar las mediciones.
Asimismo, nuestra Luna ha servido para estabilizar la inclinación del eje de la Tierra -o su oblicuidad- que de otra manera podría haber variado drásticamente en escalas cortas de tiempo. Y eso habría provocado severos cambios en la forma en la que el calor del Sol se distribuye en todo el planeta.
Por lo tanto, se puede decir que la presencia de la Luna creó un ambiente más estable para que la vida pudiera evolucionar, dijo Elser.
"Indagar la posibilidad de una luna estabilizadora es algo bueno si estás tratando de encontrar cuántos planetas habitables hay en la galaxia", le dijo a la BBC. "Pero no es la única característica, ni la más importante".
Eiichiro Kokubo es un experto en la formación de planetas y ha publicado varios escritos sobre la mécanica detrás del desarrollo de planetas y de nuestra Luna en el sistema solar.
Calificó el resultado como una "estimación interesante", pero advirtió que aún hay muchos parámetros desconocidos "que afectan gravemente la formación lunar, su evolución y la probabilidad de que haya lunas grandes".
Le dijo a la BBC que, por ejemplo, aún es imposible decir cuáles son los efectos del giro inicial de un planeta antes de un impacto o cómo se forma el disco de material fundido y evoluciona tras su aparición.
"Creo que debemos tomar la investigación como una prueba de cálculo basada en lo que sabemos hoy sobre la formación de planetas terrestres y lunas", concluyó.
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