Berrocal teme que la Junta dé carpetazo a la restauración forestal

domingo, 18 de enero de 2009

EDITADO EN HUELVA INFORMACION
El gran incendio de Riotinto de 2004 que arrasó 34.000 hectáreas de bosque, segó dos vidas humanas en Las Delgadas y provocó cientos de millones de euros en pérdidas económicas amén de centenares de animales abrasados parece seguir vivo cuatro años y medio después de apagarse oficialmente. Decenas de pequeñas hogueras continúan activas en las sierras de Berrocal lanzando humo en medio del paradójico verdor de un monte al que el lenguaje político ha dotado de apariencia glamurosa al brotar con fuerza inusitada y que lejos de ser una bendición se está convirtiendo en un gran problema: los propietarios de las fincas quemadas no tienen ahora cómo llegar a sus viejos alcornoques para realizar la saca y la vegetación ha invadido los antes útiles ruedos y veredas que facilitaban el sustento a las almas y paisanos de la abrupta comarca.

La Junta y el Gobierno Central (PSOE) movilizaron decenas de millones de euros (70 reza el balance) para hacer frente a la catástrofe, firmaron compromisos de restauración forestal y articularon un ambicioso plan multidepartamental que está a punto de naufragar si la Consejería de Medio Ambiente no cumple con los compromisos adquiridos en su día con los varios cientos de propietarios afectados. La Junta firmó unos 320 convenios para la restauración de las superficies afectadas que caducan en 2009. De hecho la consejera ya ha anunciado que el proyecto está ejecutado en más de un 90%.

La proclama política huele en la zona a fin de ciclo pero los dueños de las fincas, socios de la Cooperativa Corchera San José y la Plataforma Fuegos Nunca Más han empezado a dar la voz de alarma y consideran que todavía queda por restaurar: repoblar, limpiar, adecuar para el laboreo y poner en producción corchera la mitad de las 6.000 hectáreas de alcornocal del término berrocaleño que fueron devastadas sin remisión. Todos coinciden en que la Administración andaluza ha cumplido con las tres primeras fases: pago de daños directos, casas y animales, corte de árboles quemados, eliminación, retirada, arranque de pinos y del temido eucalipto y apoyo a la Cooperativa con nuevas aportaciones de corcho . Ahora avisan de que la restauración "está a medio camino" y la crisis puede justificar que el dinero pendiente se evapore como el humo. El presidente de la Plataforma, Juan Romero, no tiene buenos augurios: "Llevamos dos años sin mantener un encuentro para evaluar los trabajos realizados y los que quedan".

Manuel Martín, técnico-gerente de la Cooperativa San José, teme al olvido. Para él, el mejor argumento es observar las cifras del negocio corchero: antes del fuego entraban entre 250.000 y 300.000 kilos de corcho autóctono pero ahora apenas llegan 110.000 kilos. "La pérdida de renta (600.000 euros/año) es contundente y ha impactado tanto en la economía local que no hay ni alegría en el pueblo".

Martín subraya que "el pueblo depende del acuerdo político para reactivar los compromisos con la Empresa de Gestión Medioambiental y esto está paralizado".

Juan Romero recuerda que la Junta firmó todo tipo de convenios: empleo, formación, hasta regadío "pero hoy Berrocal no tiene viabilidad sin la producción corchera" y subraya que tampoco se realizaron las permutas entre las administraciones propietarias de suelos quemados y Ence para sembrar eucaliptos en zonas de bajo interés".

Hoy basta hacer un recorrido por la serranía para comprobar que la mayoría del terreno de monte bajo quemado se ha regenerado creando una falsa percepción de normalidad aunque los alcornoques y las encinas siguen sin producir, con el corcho incrustado a sus troncos desde el año 2004 y los accesos cortados por una maleza que hace inoperativa la reforestación añadiendo un alto riesgo de incendio en cuanto la primavera asome. Para colmo, los ciervos se han comido miles de plantones tiernos por falta de manejo en el monte y muchas fincas son ya inaccesibles. Para colmo, Romero no entiende cómo se dedican a quemar miles de kilos de maderas en la zona "en vez de utilizar ese combustible natural para la generación de biomasa forestal, incomprensible, un despilfarro".

Los corcheros y también la Plataforma Fuegos Nunca Más creen que la ayuda directa negada en su día por la Junta de 180 euros por hectárea afectada/año hubiese sido un "buen acuerdo que a la postre habría ahorrado dinero a las arcas públicas", dice Romero pero se optó por otra fórmula mucho más compleja.

Siro García, uno de los propietarios afectados, reconoce que la Junta se ha gastado mucho dinero en Berrocal pero cree que "lo ha hecho mal". El corcho se saca cada nueve años, 2004 era tiempo de saca, por lo que se va a tirar casi veinte años sin negocio. Por si fuera poco ve como en estas tierras el eucalipto ha rebrotado con más fuerza que nunca debido a "las inexistentes labores de mantenimiento". "Ya nos engañaron una vez, pues el eucalipto daba más dinero que la encina, pero a la larga ha generado maleza y problemas". Siro, entrado ya en años, repasa los convenios que firmó y recalca que "con el dinero que se ha gastado aquí la Junta habría para arreglar el término entero". Su deseo ahora es que "la Junta contrate a personal cualificado en la saca, de lo contrario se cargarán los pocos árboles que nos quedan". Y se pregunta "cómo se van a descorchar tantas hectáreas en 2009".

Donato García, otro propietario, cree que al final la Junta sólo repoblará las zonas de antiguos eucaliptos y teme que el monte se siga comiendo las tierras por "falta de limpieza".

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