EMED Tartessus quiere abrir la mina de Riotinto en el primer semestre de 2011

EDITADO EN ODIEL INFORMACION

Las entrañas de la milenaria faja pirítica a su paso por la Cuenca Minera onubense podrían empezar a entregar nuevamente su fruto en un año y medio si se cumplen las previsiones y expectativas de la compañía EMED Tartessus, propiedad de EMED Minig, cuyos trámites administrativos están ya “al 40% de lo exigido” para conseguirlo.

Se propone explotar, por un periodo inicial de 10 años y una inversión de 211 millones de euros, la riqueza mineral de un cobre con un 0,5% de ley (nivel de pureza) y calculan que procesarán 9 millones de toneladas al año. Sólo tendría que superar ya “un año y medio más de trámites administrativos y legales y la resistencia de algunos vecinos de parcelas colindantes que dificultan el íntegro desarrollo del proyecto”.
La compañía es filial del grupo chipriota EMED Mining Public Limited, y está encargada del proyecto para reactivar la mítica mina de la localidad de Minas de Riotinto que, según se anunció ayer, al reabrir las instalaciones, empleará a 400 personas.
El consejero delegado de EMED Mining, Harry Anagnostaras Adams, marcó esa fecha mientras que William A. Enrico, como director general del Proyecto Riotinto (PRT), destacó de entre los planes del proyecto “la reducción de costes con la utilización de nuevas tecnologías que aumentarán la productividad, pasando de extraer siete millones de toneladas de mineral a nueve con el mismo personal”
Actualmente la mina cuenta con una plantilla conformada por unas 40 personas, pero espera a finales de año duplicar para llegar en 2011, cuando tenga lugar la reapertura, a contratar a esas 400 personas, un 90% procedentes de la propia provincia.
El proyecto tiene una duración de diez años, aunque podría llegar a prolongarse hasta 23 años, con una inversión de 211 millones, de los que siete se han dedicado a la realización de sondeos para ampliar reservas. Todo el área de extracción se centrará en el célebre Cerro Colorado.
Según explicaron esto es posible porque en los últimos 20 años ha habido muchas mejoras en las nuevas tecnologías, con las que “se puede obtener una mayor rentabilidad que en épocas anteriores”, a lo que hay que añadir la subida decisiva de los precios del cobre, ya que el oro está agotado de la mina y no extraerá.