El rincón del libro aconsejado

jueves, 22 de abril de 2010

Entremes del retablo de las maravillas

Miguel de Cervantes Saavedra
Muere Cervantes el 22 de Abril de 1616, aunque el día que erróneamente impera es el de su entierro, el 23 de Abril, actualmente coincide con el día del Libro.
Creo recordar que nuestro querido maestro D.Manuel Regueira montó el entremes que os presento.
Espero que os guste.(Escrito en castellano antiguo).
Argumento:
Chanfalla y la Chirinos se disponen a montar una empresa de teatro con la ayuda de Rabelín, un músico muy bajito al cual todos desprecian. La compañía se llama el Retablo de las Maravillas, fue compuesta por Tontonelo, un sabio poeta. Se disponen a representar sus comedias en el pueblo de Algarrobillas.
Nada más llegar a las cercanías del pueblo tiene un encuentro con el Gobernador, Benito Repollo, el alcalde; Juan Castrado, regidor y Pedro Capacho, el escribano. Con estos conciertan hora y lugar para su representación, que debería de ser pagada por adelantado y a puerta cerrada hacia el pueblo, ya que si no nadie iría a su representación en la plaza.
Cercana la hora de la obra el Gobernador habla con la Chirinos, le dice que es poeta, conocido como Licenciado Gomecillos, autor de Lucifer estaba malo, Tómale mal de fuera o el diluvio de Sevilla. Esto hace que la Chirinos se asuste un poco, pero su marido le dice que le ha mentido, que los poetas son hombres descuidados , crédulos y maliciosos.
La obra comienza, todos se burlan de Rabelín, pero a pesar de ello es un éxito, muy escandalosa, tanto que asusta a los presentes allí. De tal manera, que al llegar un furrier a avisarles de la llegada de una caballería, estos se creen que es del señor Tontonelo, que viene a atacarles, el furrier se ve humillado por lo que entabla una batalla con ellos.
Todo acaba mal, la Chirinos no deja de maldecir al infeliz músico, al que cree causante de las desgracia, pero Chanfalla se alegra mucho, de pensar en la fama que tendrá la obra en el pueblo, de manera que todo el mundo irá a verlos.
Salen CHANFALLA y la CHIRINOS
CHAN.- No se te passen de la memoria, Chirinos, mis aduertimientos, principalmente los que te he dado para este nueuo embuste, que ha de salir tan a luz como el passado del llouista.
CHI.- Chanfalla ilustre, lo que en mi fuere, tenlo como de molde: que tanta memoria tengo como entendimiento, a quien se junta vna voluntad de acertar a satisfazerte, que excede a las demas potencias. Pero dime: ¿de que sirue este Rabelin que hemos tomado? Nosotros dos solos, ¿no pudieramos salir con esta empresa?

CHAN.- Auiamosle menester como el pan de la boca, para tocar en los espacios que tardaren en salir las figuras del retablo de las marauillas.

CHI.- Marauilla sera si no nos apedrean por solo el Rabelin, porque tan desuenturada criaturilla no la he visto en todos los dias de mi vida.


(Entra el RABELIN.)

RAB.- ¿Hase de hazer algo en este pueblo, señor autor?. Que ya me muero porque vuessa merced vea que no me tomò a carga cerrada.
CHI.- Quatro cuerpos de los vuestros no haran vn tercio, quanto mas vna carga. Si no sois mas gran musico que grande, medrados estamos.

RAB.- Ello dira; que en verdad que me han escrito para entrar en vna compañia de partes, por chico que soy.

CHAN.- Si os han de dar la parte a medida del cuerpo, casi sera inuisible. Chirinos, poco a poco estamos ya en el pueblo, y estos que aqui vienen deuen de ser, como lo son sin duda, el gouernador y los alcaldes. Salgamosles al encuentro, y date vn filo a la lengua en la piedra de la adulacion; pero no despuntes de aguda.
(Salen el GOUERNADOR y BENITO REPOLLO, alcalde; IUAN CASTRADO, regidor; y PEDRO CAPACHO, escriuano.)
Beso a vuessas mercedes las manos. ¿Quien de vuessas mercedes es el gouernador deste pueblo?

GOB.- Yo soy el gouernador. ¿Que es lo que quereis, buen hombre?

CHAN.- A tener yo dos onças de entendimiento, huuiera echado de ver que essa peripatetica y anchurosa presencia no podia ser de otro que del dignissimo gouernador deste honrado pueblo, que, con venirlo a ser de las Algarrouillas, lo deseche vuessa merced.
CHI.- En vida de la señora y de los señoritos, si es que el señor gouernador los tiene.

CAP.- No es casado el señor gouernador.

CHI.- Para quando lo sea, que no se perdera nada.

GOB.- Y bien: ¿que es lo que quereis, hombre honrado?

CHI.- Honrados dias viua vuessa merced, que assi nos honra. En fin, la enzina da bellotas, el pero peras, la parra vuas, y el honrado honra, sin poder hazer otra cosa.

BEN.- Sentencia ciceronianca, sin quitar ni poner vn punto.

CAP.- Ciceroniana quiso dezir el señor alcalde Benito Repollo.

BEN.- Siempre quiero dezir lo que es mejor; sino que las mas vezes no acierto. En fin, buen hombre, ¿que quereys?

CHAN.- Yo, señores mios, soy Montiel, el que trae el retablo de las marauillas. Hanme embiado a llamar de la corte los señores cofrades de los hospitales, porque no ay autor de comedias en ella, y perecen los hospitales, y con mi yda se remediará todo.


GOB.- ¿Y que quiere dezir retablo de las marauillas?

CHAN.- Por las marauillosas cosas que en el se enseñan y muestran, viene a ser llamado retablo de las marauillas; el qual fabricó y compuso el sabio Tontonelo, debaxo de tales paralelos, rumbos, astros y estrellas, con tales puntos, caracteres y obseruaciones, que ninguno puede ver las cosas que en el se muestran, que tenga alguna raza de confesso, o no sea auido y procreado de sus padres de legitimo matrimonio; y el que fuere contagiado destas dos tan vsadas enfermedades, despidase de ver las cosas jamas vistas ni oydas de mi retablo .
BEN.- Aora echo de ver que cada dia se ven en el mundo cosas nueuas. ¿Y que? ¿Se llamaua Tontonelo el sabio que el retablo compuso?

CHI.- Tontonelo se llamaua, nacido en la ciudad de Tontonela; hombre de quien ay fama que le llegaua la barba a la cintura.

BEN.- Por la mayor parte, los hombres de grandes barbas son sabiondos.

GOB.- Señor regidor Iuan Castrado, yo de termino, debaxo de su buen parecer, que esta noche se despose la señora Teresa Castrada, su hija, de quien yo soy padrino, y, en regozijo de la fiesta, quiero que el señor Montiel muestre en vuestra casa su retablo.

IUAN.- Esso tengo yo por seruir al señor gouernador, con cuyo parecer me conuengo, entablo y arrimo, aunque aya otra cosa en contrario.

CHI.- La cosa que ay en contrario es que, si no se nos paga primero nuestro trabajo, assi veran las figuras como por el cerro de Vbeda. ¿Y vuessas mercedes, señores justicias, tienen conciencia y alma en essos cuerpos? ¡Bueno seria que entrasse esta noche todo el pueblo en casa del señor Iuan Castrado, o como es su gracia, y viesse lo contenido en el tal retablo, y mañana, quando quisiessemos mostralle al pueblo, no huuiesse ánima que le viesse! No, señores; no, señores; ante omnia, nos han de pagar lo que fuere justo.

BEN.- Señora autora, aqui no os ha de pagar ninguna Antona ni ningun Antoño; el señor regidor Iuan Castrado os pagará mas que honradamente, y si no, el Concejo. ¡Bien conoceys el lugar, por cierto! Aqui, hermana, no aguardamos a que ninguna Antona pague por nosotros.

IUAN.- ¡Pecador de mi, señor Benito Repollo, y que lexos da del blanco! No dize la señora autora que pague ninguna Antona, sino que le paguen adelantado y ante todas cosas, que esso quiere dezir ante omnia.

BEN.- Mirad, escriuano Pedro Capacho, hazed vos que me hablen a derechas, que yo entendere a pie llano. Vos, que soys leydo y escriuido, podeys entender essas algarauias de allende, que yo no.

IUAN.- Aora bien: ¿contentarse ha el señor autor con que yo le de adelantados media dozena de ducados? Y mas, que se tendra cuydado que no entre gente del pueblo esta noche en mi casa.

CHAN.- Soy contento, porque yo me fio de la diligencia de vuessa merced y de su buen término.

IUAN.- Pues vengase conmigo. Recibira el dinero, y verá mi casa y la comodidad que ay en ella para mostrar esse retablo.

CHAN.- Vamos; y no se les passe de las mientes las calidades que han de tener los que se atreuieren a mirar el marauilloso retablo.

BEN.- A mi cargo queda esso; y sele dezir que, por mi parte, puedo yr seguro a juyzio, pues tengo el padre alcalde; quatro dedos de enjundia de christiano viejo rancioso tengo sobre los quatro costados de mi linage: ¡miren si vere el tal retablo!

CAP.- Todos le pensamos ver, señor Benito Repollo.


IUAN.- No nacimos aca en las maluas, señor Pedro Capacho.

GOB.- Todo sera menester, segun voy viendo, señores alcalde, regidor y escriuano.

IUAN.- Vamos, autor, y manos a la obra, que Iuan Castrado me llamo, hijo de Anton Castrado y de Iuana Macha; y no digo mas en abono y seguro que podre ponerme cara a cara y a pie quedo delante del referido retablo.

CHI.- ¡Dios lo haga!

(Entranse IUAN CASTRADO y CHANFALLA.)

GOB.- Señora autora, ¿que poetas se vsan aora en la corte de fama y rumbo, especialmente de los llamados comicos? Porque yo tengo mis puntas y collar de poeta, y picome de la farandula y caratula: veynte y dos comedias tengo, todas nueuas, que se veen las vnas a las otras, y estoy aguardando coyuntura para yr a la corte y enriquezer con ellas media dozena de autores.

CHI.- A lo que vuessa merced, señor gouernador, me pregunta de los poetas, no le sabre responder, porque ay tantos, que quitan el sol, y todos piensan que son famosos; los poetas comicos son los ordinarios y que siempre se vsan, y assi, no ay para que nombrallos. Pero digame vuessa merced, por su vida: ¿cómo es su buena gracia?, ¿cómo se llama?

GOB.- A mi, señora autora, me llaman el licenciado Gomezillos.

CHI.- ¡Valame Dios, y que vuessa merced es el señor licenciado Gomezillos, el que compuso aquellas coplas tan famosas de «Luzifer estaua malo» y «Tomale mal de fuera»?

GOB.- Malas lenguas huuo que me quisieron ahijar estas coplas, y assi fueron mias como del Gran Turco. Las que yo compuse, y no lo quiero negar, fueron aquellas que trataron del diluuio de Seuilla: que, puesto que los poetas son ladrones vnos de otros, nunca me preciè de hurtar nada a nadie: con mis versos me ayude Dios, y hurte el que quisiere.


(Buelue CHANFALLA.)

CHAN.- Señores, vuessas mercedes vengan, que todo està a punto, y no falta mas que començar.

CHI.- ¿Està ya el dinero in corbona?.
CHAN.- Y aun entre las telas del coraçon.

CHI.- Pues doyte por auiso, Chanfalla, que el gouernador es poeta.

CHAN.- ¿Poeta? ¡Cuerpo del mundo! Pues dale por engañado, porque todos los de humor semejante son hechos a la maçacona: gente descuydada, credula, y no nada maliciosa.


BEN.- Vamos, autor, que me saltan los pies por ver essas marauillas.

(Entranse todos.)

(Salen IUANA CASTRADA y TERESA REPOLLA, labradoras, la vna como desposada, que es la CASTRADA.)

CAS.- Aqui te puedes sentar, Teresa Repolla amiga, que tendremos el retablo enfrente; y pues sabes las condiciones que han de tener los miradores del retablo, no te descuydes, que seria vna gran desgracia.

TER.- Ya sabes, Iuana Castrada, que soy tu prima, y no digo mas. Tan cierto tuuiera yo el cielo como tengo cierto ver todo aquello que el retablo mostrare. Por el siglo de mi madre, que me sacasse los mismos ojos de mi cara si alguna desgracia me aconteciesse. ¡Bonita soy yo para esso!

CAS.- Sossiegate, prima, que toda la gente viene.

(Entran el GOUERNADOR, BENITO REPOLLO, IUAN CASTRADO, PEDRO CAPACHO, el autor, y la autora, y el musico, y otra gente del pueblo, y vn sobrino de BENITO, que ha de ser aquel gentilhombre que bayla.)

CHAN.- Sientense todos. El retablo ha de estar detras deste repostero, y la autora tambien, y aqui el musico.

BEN.- ¿Musico es este? Metanle tambien detras del repostero: que, a trueco de no velle, dare por bien empleado el no oylle.

CHAN.- No tiene vuessa merced razon, señor alcalde Repollo, de descontentarse del musico, que en verdad que es muy buen christiano, y hidalgo de solar conocido.

GOB.- Calidades son bien necessarias para ser buen musico.

BEN.- De solar, bien podra ser; mas de sonar, abrenuncio.

RAB.- Esso se merece el vellaco que se viene a sonar delante de...

BEN.- Pues, por Dios, que hemos visto aqui sonar a otros musicos tan...

GOB.- Quedesse esta razon en el de del señor Rabel y en el tan del alcalde, que sera proceder en infinito, y el señor Montiel comience su obra.

BEN.- ¡Poca valumba trae este autor para tan gran retablo!

IUAN.- Todo deue de ser de marauillas.

CHAN.- ¡Atencion, señores, que comienço! ¡O tu, quienquiera que fuyste, que fabricaste este retablo con tan marauilloso artificio, que alcançò renombre de las marauillas por la virtud que en el se encierra! Te conjuro, apremio y mando, que luego incontinente muestres a estos señores algunas de las tus marauillosas marauillas, para que se regozijen y tomen plazer sin escandalo alguno. -115- Ea, que ya veo que has otorgado mi peticion, pues por aquella parte assoma la figura del valentissimo Sanson, abraçado con las colunas del templo, para derriballe por el suelo y tomar vengança de sus enemigos. ¡Tente, valeroso cauallero; tente, por la gracia de Dios Padre! ¡No hagas tal desaguisado, porque no cojas debaxo y hagas tortilla tanta y tan noble gente como aqui se ha juntado!

BEN.- ¡Tengase, cuerpo de tal conmigo! ¡Bueno sería que, en lugar de auernos venido a holgar, quedassemos aqui hechos plasta! ¡Tengase, señor Sanson, pesia a mis males, que se lo ruegan buenos!

CAP.- ¿Veysle vos, Castrado?

IUAN.- ¡Pues no le auia de ver! ¿Tengo yo los ojos en el colodrillo?

GOB.- [Aparte.] ¡Milagroso caso es este! Assi veo yo a Sanson aora, como el Gran Turco; pues en verdad que me tengo por legítimo y christiano viejo.

CHI.- ¡Guardate, hombre, que sale el mesmo toro que matò al ganapan en Salamanca! ¡Echate, hombre! ¡Echate, hombre! ¡Dios te libre! ¡Dios te libre!

CHAN.- ¡Echense todos! ¡Echense todos! ¡Vcho ho, vcho ho, vcho ho!
(Echanse todos y alborotanse.)


BEN.- ¡El diablo lleua en el cuerpo el torillo! Sus partes tiene de hosco y de bragado. Si no me tiendo, me lleua de buelo.

IUAN.- Señor autor, haga, si puede, que no salgan figuras que nos alboroten. Y no lo digo por mi, sino por estas mochachas, que no les ha quedado gota de sangre en el cuerpo, de la ferozidad del toro.

CAS.- ¡Y cómo, padre! No pienso boluer en mi en tres dias. Ya me vi en sus cuernos, que los tiene agudos como vna lesna.

IUAN.- No fueras tu mi hija, y no lo vieras.

GOB.- [Aparte.] Basta; que todos ven lo que yo no veo; pero al fin aure de dezir que lo veo, por la negra honrilla.

CHI.- Essa manada de ratones que alla va, deciende por linea recta de aquellos que se criaron en el Arca de Noe; dellos son blancos, dellos albaraçados, dellos jaspeados, y dellos azules, y, finalmente, todos son ratones.

CAS.- ¡Iesus! ¡Ay de mi! Tenganme, que me arrojarè por aquella ventana. ¡Ratones! ¡Desdichada! Amiga, aprietate las faldas, y mira no te muerdan. ¡Y monta que son pocos! Por el siglo de mi abuela, que passan de milenta.

TER.- Yo si soy la desdichada, porque se me entran sin reparo ninguno. Vn raton morenico me tiene asida de vna rodilla. Socorro venga del cielo, pues en la tierra me falta.

BEN.- Aun bien que tengo greguescos: que no ay raton que se me entre, por pequeño que sea.

CHAN.- Esta agua que con tanta priessa se dexa descolgar de las nuues, es de la fuente que da origen y principio al rio Iordan. Toda muger a quien tocare en el rostro, se le boluera como de plata bruñida, y a los hombres se les bolueran las barbas como de oro.

CAS.- ¿Oyes, amiga? Descubre el rostro, pues ves lo que te importa. ¡O, que licor tan sabroso! Cubrase, padre; no se moje.

IUAN.- Todos nos cubrimos, hija.

BEN.- Por las espaldas me ha calado el agua hasta la canal maestra.

CAP.- ¡Yo estoy mas seco que vn esparto!

GOB.- [Aparte.] ¿Que diablos puede ser esto, que aun no me ha tocado vna gota donde todos se ahogan? ¿Mas si viniera yo a ser bastardo entre tantos legitimos?

BEN.- Quitenme de alli aquel musico; si no, voto a Dios que me vaya sin ver mas figura. ¡Valgate el diablo por musico aduendado, y que haze de menudear sin citola y sin son!

RAB.- Señor alcalde, no tome conmigo la hincha, que yo toco como Dios ha sido seruido de enseñarme.
BEN.- ¡Dios te auia de enseñar, sauandija! Metete tras la manta; si no, por Dios que te arroje este banco.

RAB.- El diablo creo que me ha traydo a este pueblo.

CAP.- ¡Fresca es el agua del santo rio Iordan! Y aunque me cubri lo que pude, todavia me alcançò vn poco en los vigotes, y apostaré que los tengo rubios como vn oro.

BEN.- Y aun peor cinquenta vezes.

CHI.- Alla van hasta dos dozenas de leones rampantes y de ossos colmeneros. Todo viuiente se guarde, que, aunque fantasticos, no dexarán de dar alguna pesadumbre, y aun de hazer las fuerças de Hercules con espadas desembaynadas.

IUAN.- Ea, señor autor, cuerpo de nosla, ¿y agora nos quiere llenar la casa de ossos y de leones?

BEN.- ¡Mirad que ruyseñores y calandrias nos embia Tontonelo, sino leones y dragones! Señor autor, [o] salgan figuras mas apazibles, o aqui nos contentamos con las vistas, y Dios le guie, y no pare mas en el pueblo vn momento.

CAS.- Señor Benito Repollo, dexe salir esse osso y leones, siquiera por nosotras, y recebiremos mucho contento.

IUAN.- Pues, hija, ¿de antes te espantauas de los ratones, y agora pides ossos y leones?

CAS.- Todo lo nueuo aplaze, señor padre.

CHI.- Essa donzella que agora se muestra tan galana y tan compuesta, es la llamada Herodias, cuyo bayle alcançò en premio la cabeça del Precursor de la vida. Si ay quien la ayude a baylar, veran marauillas.

BEN.- Esta si, ¡cuerpo del mundo!, que es figura hermosa, apazible y reluziente. ¡Hideputa, y cómo que se buelue la mochac[h]a! Sobrino Repollo, tu, que sabes de achaque de castañetas, ayudala, y será la fiesta de quatro capas.

SOB.- Que me plaze, tio Benito Repollo.

(Tocan la zarauanda.)

CAP.- ¡Toma mi abuelo, si es antiguo el bayle de la zarauanda y de la chacona!

BEN.- Ea, sobrino, tenselas tiessas a essa bellaca iodia. Pero, si esta es iodia, ¿cómo vee estas marauillas?

CHAN.- Todas las reglas tienen excepcion, señor alcalde.

(Suena vna trompeta o corneta dentro del teatro, y entra vn FURRIER de compañias.)

FUR.- ¿Quien es aqui el señor gouernador?

GOB.- Yo soy. ¿Que manda vuessa merced?

FUR.- Que luego al punto mande hazer aloxamiento, -120- para treynta hombres de armas que llegarán aqui dentro de media hora, y aun antes, que ya suena la trompeta. Y a Dios.

BEN.- Yo apostarè que los embia el sabio Tontonelo.

CHAN.- No ay tal: que esta es vna compañia de cauallos que estaua aloxada dos leguas de aqui.

BEN.- Aora yo conozco bien a Tontonelo, y se que vos y el soys vnos grandissimos vellacos, no perdonando al musico; y mirad que os mando que mandeys a Tontonelo no tenga atreuimiento de embiar estos hombres de armas, que le hare dar dozientos açotes en las espaldas, que se vean vnos a otros.

CHAN.- Digo, señor alcalde, que no los embia Tontonelo.

BEN.- Digo que los embia Tontonelo, como ha embiado las otras sauandijas que yo he visto.

CAP.- Todos las auemos visto, señor Benito Repollo.


BEN.- No digo yo que no, señor Pedro Capacho. ¡No toques mas, musico de entresueños, que te rompere la cabeça!

(Buelue el FURRIER.)

FUR.- Ea, ¿està ya hecho el aloxamiento?, que ya estan los cauallos en el pueblo.


BEN.- ¿Que, todavia ha salido con la suya Tontonelo? ¡Pues yo os voto a tal, autor de humos y de embelecos, que me lo aueys de pagar!

CHAN.- Seanme testigos que me amenaza el alcalde.

CHI.- Seanme testigos que dize el alcalde que lo que manda Su Magestad, lo manda el sabio Tontonelo.

BEN.- ¡Atontoneleada te vean mis ojos, plega a Dios todopoderoso!

GOB.- Yo para mi tengo que verdaderamente estos hombres de armas no deuen de ser de burlas.

FUR.- ¿De burlas auian de ser, señor gouernador? ¿Està en su seso?

IUAN.- Bien pudieran ser atontonelados; como essas cosas auemos visto aqui. Por vida del autor, que haga salir otra vez a la donzella Herodias, porque vea este señor lo que nunca ha visto; quiza con esto le cohecharemos para que se vaya presto del lugar.

CHAN.- Esso en buen hora, y veysla aqui a do buelue, y haze de señas a su baylador a que de nueuo la ayude.

SOB.- Por mi no quedará, por cierto.

BEN.- Esso si, sobrino; cansala, cansala: bueltas y mas bueltas. ¡Viue Dios, que es vn azogue la muchacha! ¡Al hoyo, al hoyo; a ello, a ello!

FUR.- ¿Està loca esta gente? ¿Que diablos de donzella es esta, y que bayle, y que Tontonelo?

CAP.- ¿Luego no vee la donzella Herodiana el señor furrier?

FUR.- ¡Que diablos de donzella tengo de ver!

CAP.- Basta; de ex il[l]is es.

GOB.- De ex il[l]is es, de ex il[l]is es.

IUAN.- Dellos es, dellos el señor furrier; dellos es.

FUR.- ¡Soy de la mala puta que los pario! Y por Dios viuo, que, si echo mano a la espada, que los haga salir por las ventanas, que no por la puerta.

CAP.- Basta; de ex il[l]is es.

BEN.- Basta; dellos es, pues no vee nada.

FUR.- ¡Canalla barretina, si otra vez me dizen que soy dellos, no les dexarè huesso sano!

BEN.- Nunca los confesos ni bastardos fueron valientes, y por esso no podemos dexar de dezir: dellos es, dellos es.

FUR.- ¡Cuerpo de Dios con los villanos! ¡Esperad!

(Mete mano a la espada y acuchillase con todos, y el alcalde aporrea al RABELLEJO, y (a) la descuelga la manta y dize:)

[CHI.-] El diablo ha sido la trompeta y la ven[i]da de los hombres de armas; parece que los llamaron con campanilla.


CHAN.- El sucesso ha sido extraordinario; la virtud del retablo se queda en su punto, y mañana lo podemos mostrar al pueblo, y nosotros mismos podemos cantar el triunfo desta batalla, diziendo: ¡viuan Chirinos y Chanfalla!

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