Las empresas de la diversificación del empleo están en la cuerda floja
Juan A. Hipólito / Nerva, cuenca minera | Actualizado 30.04.2010 - 05:01Decenas de trabajadores de empresas en crisis de la Cuenca Minera asistirán a la próxima celebración del 1 de Mayo con la incertidumbre de saber si podrán mantener sus puestos de trabajo en un futuro inmediato.
Los delegados sindicales de estas empresas, la mayoría de ellas dedicadas al sector del plástico, mantendrán próximamente una reunión con los alcaldes de la comarca para expresarles, una vez más, la preocupante situación laboral en la que se encuentran. El mismo mensaje han transmitido a los representantes de los partidos políticos con los que se han entrevistado durante los últimos días entre los que destacan la presencia de las parlamentarias andaluzas de la zona por parte de los dos partidos mayoritarios, Susana Rivas (PSOE) y Loles López (PP).
A todos les han dicho lo mismo, que en esta comarca ya no aguantan más la crítica situación por la que atraviesan la mayoría de las empresas creadas para diversificar la zona a raíz del cierre de la minería. Huelgas de todo tipo, concentraciones y encierros han marcado la agenda de los trabajadores durante los últimos meses.
El último capítulo lo protagoniza Daniel Pérez, trabajador de Tubespa que permanece encerrado desde el pasado 20 de abril en el cuartucho de apenas 3 metros cuadrados que la empresa tiene cedido al comité de empresa para sus funciones. En ese habitáculo, sin más ventilación que la de una puerta, Pérez vive como si fuera un recluso.
Este empleado de la empresa de plásticos ubicada en Minas de Riotinto demanda su readmisión en un puesto acorde a las circunstancias físicas por las que atraviesa después de haber sufrido varias operaciones. "Tengo problemas cardíacos y no puedo rendir como antes pero seguro que en esta empresa hay un puesto que se amolde a mis nuevas circunstancias en vez de echarme a la calle como un perro", dijo. De no mediar una solución en las próximas 24 horas, Pérez iniciará una huelga de hambre a pesar del delicado estado de salud por el que atraviesa debido a la dolencia cardíaca que padece. "Los médicos me lo han desaconsejado por mi bien pero más importante es el de mi familia", asegura.
Para el presidente del comité Juan Carlos Maniviesa, ésta es una de las tantas artimañas diseñadas por el director de la empresa, Lorenzo Jiménez, para deshacerse, poco a poco, de parte de la plantilla de Tubespa y justificar el cierre de la firma. "Estamos asistiendo a un claro acoso y derribo a los trabajadores con el consentimiento de Cajasol, que son los verdaderos dueños de la empresa", dijo.
Maniviesa asegura que, desde que Jiménez se hizo cargo de la dirección de la empresa su única intención ha sido minar la moral de los empleados para desprenderse del 25 % de los 80 trabajadores con los que cuenta en plantilla. "Para ello no ha dudado en imponer unos cuadrantes de trabajo abusivos que lo único que persiguen es probar que sobra gente, ya que la mayoría de las veces los compañeros están, mano sobre mano, sin hacer nada, porque no hay la demanda suficiente", aclara.
Tras la última concentración en Nerva a final de febrero, nada más se ha vuelto a saber de los movimientos sindicales realizados en torno a la crítica situación por la que atraviesa la zona. Únicamente se sabe de sendas reuniones mantenidas con representantes de los partidos mayoritarios, PSOE y PP, sin que haya trascendido el contenido de las mismas, así como de una nueva concentración que se llevará a cabo en Zalamea la Real, pendiente de fecha.
Los delegados sindicales de estas empresas, la mayoría de ellas dedicadas al sector del plástico, mantendrán próximamente una reunión con los alcaldes de la comarca para expresarles, una vez más, la preocupante situación laboral en la que se encuentran. El mismo mensaje han transmitido a los representantes de los partidos políticos con los que se han entrevistado durante los últimos días entre los que destacan la presencia de las parlamentarias andaluzas de la zona por parte de los dos partidos mayoritarios, Susana Rivas (PSOE) y Loles López (PP).
A todos les han dicho lo mismo, que en esta comarca ya no aguantan más la crítica situación por la que atraviesan la mayoría de las empresas creadas para diversificar la zona a raíz del cierre de la minería. Huelgas de todo tipo, concentraciones y encierros han marcado la agenda de los trabajadores durante los últimos meses.
El último capítulo lo protagoniza Daniel Pérez, trabajador de Tubespa que permanece encerrado desde el pasado 20 de abril en el cuartucho de apenas 3 metros cuadrados que la empresa tiene cedido al comité de empresa para sus funciones. En ese habitáculo, sin más ventilación que la de una puerta, Pérez vive como si fuera un recluso.
Este empleado de la empresa de plásticos ubicada en Minas de Riotinto demanda su readmisión en un puesto acorde a las circunstancias físicas por las que atraviesa después de haber sufrido varias operaciones. "Tengo problemas cardíacos y no puedo rendir como antes pero seguro que en esta empresa hay un puesto que se amolde a mis nuevas circunstancias en vez de echarme a la calle como un perro", dijo. De no mediar una solución en las próximas 24 horas, Pérez iniciará una huelga de hambre a pesar del delicado estado de salud por el que atraviesa debido a la dolencia cardíaca que padece. "Los médicos me lo han desaconsejado por mi bien pero más importante es el de mi familia", asegura.
Para el presidente del comité Juan Carlos Maniviesa, ésta es una de las tantas artimañas diseñadas por el director de la empresa, Lorenzo Jiménez, para deshacerse, poco a poco, de parte de la plantilla de Tubespa y justificar el cierre de la firma. "Estamos asistiendo a un claro acoso y derribo a los trabajadores con el consentimiento de Cajasol, que son los verdaderos dueños de la empresa", dijo.
Maniviesa asegura que, desde que Jiménez se hizo cargo de la dirección de la empresa su única intención ha sido minar la moral de los empleados para desprenderse del 25 % de los 80 trabajadores con los que cuenta en plantilla. "Para ello no ha dudado en imponer unos cuadrantes de trabajo abusivos que lo único que persiguen es probar que sobra gente, ya que la mayoría de las veces los compañeros están, mano sobre mano, sin hacer nada, porque no hay la demanda suficiente", aclara.
Tras la última concentración en Nerva a final de febrero, nada más se ha vuelto a saber de los movimientos sindicales realizados en torno a la crítica situación por la que atraviesa la zona. Únicamente se sabe de sendas reuniones mantenidas con representantes de los partidos mayoritarios, PSOE y PP, sin que haya trascendido el contenido de las mismas, así como de una nueva concentración que se llevará a cabo en Zalamea la Real, pendiente de fecha.
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