El nombre proviene de la palabra rusa para designar el calificativo “rojo”, que en este país significa “hermoso”. La enorme plaza empedrada está flanqueada por algunos de los edificios más representativos del país, y sin duda es una de las más conocidas de Europa.
A un lado podéis ver la pared oriental del Kremlin, o las preciosas cúpulas en espiral de vivos colores de la Catedral de San Basilio, el Museo Histórico Nacional de 1990 y una réplica de la Puerta de la Resurrección, combinación de estilos que os impresionará.
Esta plaza fue configurada en el siglo XV, en tiempos de Iván III. En principio se había llamado Plaza de la Trinidad, ya que aquí se encontraba la Catedral de la Trinidad, que ocupaba el actual emplazamiento de la Catedral de San Basilio. El nombre por el que hoy la conocemos se originó más tarde, tal vez sobre el siglo XVII.
Situada en el antiguo mercado de la ciudad, la Plaza Roja nos recuerda a las antiguos foros romanos, un lugar de encuentro para los habitantes de la ciudad. En su época se celebraban en ella festivales religiosos, reuniones públicas, anuncios del gobierno, ejecuciones (las últimas bajo los reinados de Iván el Terrible y Pedro el Grande, allá por el siglo XVII).
En 1712 Pedro el Grande trasladó la capital de Rusia de Moscú a San Petersburgo, y la Plaza Roja perdió temporalmente su importancia política para recuperar sólo dos siglos más tarde, cuando los bolcheviques volvieron a colocar a Moscú como capital en 1918. El nuevo régimen comunista convirtió la Plaza y en 1924 se construyó el mausoleo de Lenin para albergar el cuerpo embalsamado del fundador del estado comunista.
La Plaza Roja se convirtió así en el enfoque ideológico del nuevo estado soviético. Con esto, muchos de los edificios no fueron bien vistos por los comunistas, quienes destruyeron la Catedral de Kazan y la Capilla de la Resurrección, para que hubiera mucho más espacio para los desfiles militares. Los bolcheviques tenían previsto incluso derribar el Museo Histórico Nacional, pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial desvió la atención de tal idea, y el propósito no llegó nunca a producirse.
La Plaza Roja sirvió para numerosos desfiles militares y dar cabida a las principales fiestas nacionales, como el primero de mayo y el 7 de noviembre, aniversario de la Revolución de Octubre. El más dramático e impresionante desfile militar que ha acogido la plaza tuvo lugar el 7 de noviembre de 1941, cuando las tropas nazis avanzaron hacia Moscú, luchándose a pocos kilómetros de la capital. Ese día, miles de soldados rusos aparecieron en los desfiles de la Plaza Roja y luego se marcharon directamente al frente.
Después de la guerra, en junio de 1945, cientos de tropas soviéticas marcharon a través de la plaza para celebrar la victoria sobre los alemanes, y más de 200 pancartas fueron arrojadas a los pies del mausoleo de Lenin.
Hoy en día la Plaza Roja es una de las mayores atracciones de los rusos y los visitantes extranjeros. Ofrece un montón de oportunidades fotográficas, mientras que la zona comprendida entre la Catedral de San Basilio y el río se utiliza para albergar conciertos de música.
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