Jeireddín Barbarroja nació en 1475 en la isla de Lesbos bajo el nombre turco de Hızır bin Yakup, fue almirante otomano y corsario turco, sus hazañas y conquistas que sucedieron a las de su hermano Aruj, representaron una constante amenaza para el Imperio español y parte de la Europa cristiana, convirtiéndolo en un importante corsario del siglo XVI. Se inició como marino junto a sus hermanos Ishaq, Aruj e Ilias, su padre Yakup se dedicaba a la alfarería y luego de que el negocio familiar prosperara, adquirieron sus propias flotas dedicándose al comercio internacional pero pronto se tranformaron en verdaderos piratas que basaron sus operaciones en lugares estratégicos del Mediterráneo, en una lucha contra el poderío de los Caballeros de San Juan, los imperios de España y Alemania que dominaban la comercialización en la zona.
De regreso de una expedición en Trípoli, Aruj es tomado prisionero por los Caballeros de San Juan y su hermano Ilias herido de muerte. Luego de 3 años de cautiverio Hizir lo ayuda a escapar y viaja a Antalya, donde Korkud, príncipe y gobernante de la ciudad, le encomienda la lucha contra los Caballeros de San Juan a fin de fortalecer el comercio marítimo otomano. Aruj realiza una expedición a Italia, donde bombardea castillos costeros y capturar barcos y galeones. Como consecuencia del exilio de su benefactor Korkud debido a problemas con su hermano quien es el nuevo sultán otomano y a fin de evitar problemas debido a su relación con el desterrado, parte hacía Egipto y logra entrevistarse con el sultán Qansoh Al-Ghuri, quien le asigna un barco y Aruj comienza un ataque desde Alejandría hasta las islas que controlaban los cristianos en el Mediterráneo. Para 1503 captura nuevos galeras y barcos y centra sus operaciones en la zona del Mediterráneo Oriental donde se suman sus hermanos Ishag e Hizir. Pero es entre 1504 y 1510 donde adquiere una fama notable ya que traslada a los musulmanes españoles que eran perseguidos desde la España cristiana al norte de África, de allí su nombre honorífico "Baba Oruç" cuyo significado es “Padre Aruj” y que por semejanzas fonéticas se transformó en “Barbarossa”, que en italiano significa “Barba roja”.
Consigue varias victorias y en 1516 se apodera de Argel y luego de Tlemecén, afianza su poder y se declara sultán de Argel, ampliando su territorio con la toma de Miliana, Tenes y Medea, pero en 1517 se alía al Imperio Otomano y renuncia a su titulo de sultán en Argel, ofreciéndoselo al sultán otomano quien lo acepta y designa a Aruj como gobernador, asistiéndolo con jenízaros, galeras y cañones. España ordena al gobernante de Tlemecén y Orán un ataque a Aruj por tierra, pero éste los sorprende tomando la ciudad y ejecutando a su gobernante. En 1518 las fuerzas españolas marchan desde Orán hacía Tlemecén, Aruj e Ishag hacen frente durante 20 días con sus tropas pero finalmente encuentran la muerte.
En diciembre de 1518 Hizir, que había heredado la misión de su hermano Aruj y el nombre de “Barbarroja”, al mando de un ejército turco del sultán otomano reconquista Tlemecén y continúa con la tarea de transportar musulmanes mudéjares al norte de África, asegurándose un gran número de seguidores que odiaban a España. En 1519 derrota una flota hispano-italiana que pretendía recuperar Argel, atacando el mismo año a Provenza, Tolón y las islas de Hvéres en el sur de Francia. Entre 1521 y 1530 realiza ataques en las islas Baleares, participa en la conquista otomana de Rodas y otras múltiples incursiones y ataques en territorios del Mediterráneo, capturando varias naves españolas.
Durante el año 1531 derrota las fuerzas de Carlos I comandadas por Andrea Doria, que intentaban recuperar Jijel y Peñón, en el mismo año venció a la Orden de Malta en la Isla de Favignana, desembarcó en Calabria y Apulia y asaltó Trípoli, retomando el ataque a las costas de España. En agosto de 1532 viaja a Estambul por pedido de Solimán I, y a partir de entonces ataca Cerdeña, Bonifacio, Montecristo, Elba y Lampedusa, luego atacó las costas cercanas a Calabría y después a Preveza persiguiendo la flota de Doria, la cuál escapa luego de una batalla de 7 días, de estas conquistas Barbarroja consigue capturar mas de 20 galeras. Contando con un total de 44 galeras, envía 25 de regreso a Argel y con las restantes llega a Estambul en 1533, donde es nombrado Almirante de flota de la armada otomana y Jefe gobernador del norte de África, por el sultán Solimán I, otorgándosele además el gobierno de provincias de Rodas, Eubea y Quíos en el mar Egeo.
En el año 1534 Barbarroja conquista Koroni, Patras y Lepanto del dominio español, incursiona en las costas de Calabria capturando naves enemigas y destruyendo el puerto de Cetrato, luego se dirige a Campania donde atraca las islas de Capri y Procida y bombardea los puertos del golfo de Nápoles incursionando además en otros puertos italianos. En agosto de ese año toma Túnez provocando el escape de su gobernante el sultán Mulei Asan, quien con la ayuda de Carlos I que envía una fuerza hispano-italiana, en 1535 recuperan Túnez, Bône y Mahdia. Para ese entonces, Barbarroja había abandonado Túnez navegando por el mar Tirreno, bombardea puertos y toma Capri, luego realiza incursiones en las costas de España destruyendo y asaltando los puertos de Mallorca y Menorca.
En 1536 queda al mando del ataque naval otomano contra el Reino de Nápoles y en julio de 1537 captura la ciudad de Otanto y de Ugento en Apulia, conquista las islas egeas y jónicas de la República de Venecia, asedia Corfú e incursiona nuevamente en Calabria. Fue entonces que La República de Venecia pidió al Papa Pablo III que organizara una “Liga Santa” contra los otomanos, la cuál es conformada en febrero de 1538 y derrotada el mismo año por Barbarroja en la Batalla de Preveza, asegurando el dominio turco sobre el Mediterráneo por los próximos 33 años hasta la Batalla de Lepanto en 1571.
Hacía 1540 Venecia firma un tratado de paz con el sultán Solimán I en donde reconoce las conquistas territoriales turcas, para ese entonces Barbarroja había capturado las islas Scíathos, Esciro, Andros y Serifos, recuperado Castelnuovo además de saquear fortalezas venecianas, españolas y tomar puestos cristianos en los mares Jónico y Egeo. Carlos I luego de fracasar en el intento por convencer a Barbarroja de pasar a sus filas, en 1541 realizó un ataque contra Argel pero luego de una lucha poco exitosa en tierra, decidió retirarse.
Barbarroja en 1543 conquista Niza por pedido de Francisco I rey de Francia, quien se encontraba aliado con el Imperio otomano. Luego incursionó Antibes y zonas cercanas a Cannes, saqueó San Remo y otros puertos de Liguria, Mónaco y La Turbie hasta que se estableció en Tolón junto con su flota y 30.000 soldados turcos, no obstante ocasionalmente enviaba tropas para que bombardeen las costas españolas. Finalmente en el año 1544, Solimán I y Carlos I firmaron una tregua, lo que no impidió que Barbarroja continuara con sus incursiones en distintos puertos del Mediterráneo hasta su regreso a Estambul. En el año 1545 realizar sus últimas expediciones navales por distintos puertos de la costa española, desembarcando en Mallorca y Menorca. De regreso a Estambul construyó un palacio en el Bósforo y dejó a su hijo Hasas Pasha como su sucesor en Argel. Dictó sus memorias las que fueron compiladas en 5 volúmenes manuscritos los cuales se exhiben actualmente. Murió en el año 1546, sus restos se encuentran en un mausoleo ubicado en el lado europeo de Estambul donde en 1944 se levantó un monumento en su honor.
Existió una edad en la que los piratas fueron los señores de los mares. Quien osara a invadir sus dominios estaba condenado a padecer la furia de su abordaje, que siempre se tornaba cruel y despiadado. En torno a sus figuras se gestaron leyendas que se entremezclaron con la realidad, debido a sus portentosas hazañas que, desde luego, estaban relacionadas con el robo y el asesinato.
Indudablemente, entre los poseedores del estigma de pirata, destacaron insignes nombres, cuya historia ha quedado grabada en lo profundo del océano. Una historia teñida de sangre y barbarie, que nos recuerda la terrible inseguridad con la que se coexistía antaño. Entre los más afamados, el pirata Barbarroja, es conocido por su talante de hierro y por ser Gobernador de Argel.
- El origen de la leyenda.
Aruj, como se llamaba realmente, nació en el siglo XV en la isla de Lesbos (Grecia). Su destino estaba predeterminado a ser corsario, ya que tanto él como sus tres hermanos fueron reclutados como marinos para contrarrestar a Caballeros de San Juan de la isla de Rodas, corsarios también. En una de estas batallas, Barbarroja fue capturado en Rodas y vendido como esclavo. Consiguió escapar y consiguió llegar a Egipto donde convenció al sultán Qansoh al-Ghuri para que le cediera un navío con el que atacó por todo el Mediterraneo a los cristianos. Desde ese acontecimiento, su leyenda crecería imparable.
- El ataque a la Costa Brava.
En el imaginario popular, quizás debido a películas como “Piratas del Caribe“, se han engrandecido ciertas virtudes de los piratas, atenuando sus fechorías que son reales y, muchas de ellas, masacres. Todas las ciudades costeras debían tener fortificaciones para repeler asedios piratas. Este fue el caso de la Costa Brava, cuya masacre por Barbarroja está registrada en documentos notariales. Estos cuentan que llegó con un flota de navíos, invencibles, y que nada más ser divisados, causaron el terror en sus gentes que huyeron despavoridas. Todos sabían que este pirata era despiadado y enfrentarse a él era un suicidio.
Esto ocurrió en 1543, y cuando Barbarroja pisó la tierra de Palamós, sólo derramó sangre a su paso, asolando la ciudad. Cortaron cabezas, incineraron y clavaron en estacas a inocentes. Saquearon todo lo que encontraron en su camino y se marcharon dejando la tierra muerta, desolada. Éste fue uno de los tantos ataques que perpetró el corsario contra el Reino de España.
Barbarroja pereció como cualquier corsario de la época: a menos de sus perseguidores, en este caso, de soldados españoles -Argel en 1518-. Su hermano consciente del terror de su nombre, adoptó el mismo. Su apodo es originario de su larga barba roja. Aún hoy, en numerosos lugares hay placas que conmemoran el calvario de sus gentes en su lucha por sobrevivir a los ataques piratas. En muchas ocasiones, la realidad supera a la leyenda…
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